2004 año clave para cine argentino

Con alzas y bajas, la dada 95-04 representpara el cine argentino un shock que tuvo consecuencias m duraderas que la primavera de mediados de los 80. En primera medida por la aparici, clave, de la Ley de Cine de 1995 (que abriposibilidades para filmar), y en segunda instancia, porque esta dada, permitiuna renovaci generacional masiva como hubo pocas en la historia.

Esto, dice Diego Lerer, del diario argentino El Clar, sumado a la aparici de los festivales y al necesario decantamiento (y casi desaparici) de un cine que evidenciaba un evidente agotamiento, abriel camino a un futuro relativamente esperanzador.

El a pasado, sin embargo, termincon cierta sensaci de decepci: las pelulas comerciales no rindieron lo esperado (ni comercial ni cualitativamente), las independientes siguieron perdiendo acceso a salas y plico, faltaron grandes descubrimientos, y muchos buenos tulos vistos en festivales de afuera todav no lograron verse aqu

En ese sentido, 2004 serclave porque permitirel encuentro de varias generaciones de cineastas. Al menos en los papeles, hay una superabundancia de estrenos anunciados que harcodearse en la cartelera a Pino Solanas con Luis Ortega, a Lisandro Alonso con Luis Puenzo, a Htor Olivera con Lucrecia Martel, a Eliseo Subiela con Celina Murga, entre muchos otros.

Para hablar del a que se viene, Clar reunia tres cineastas representativos de distintas generaciones: Adolfo Aristarain (60), Juan JosCampanella (44) y Pablo Trapero (32). Tres directores tambi con pelulas que se conocer en la primera mitad de 2004. El primero, en pleno rodaje de Roma, su onceava pelula que estrenaren abril. El segundo, a punto de partir a Espa a trabajar en el sonido de su quinto filme, La Luna de Avellaneda, planeado para mayo. El timo, dando los toques finales de Familia rodante, su tercer largo.

En medio de una ajetreada tarde en San Telmo, y a lo largo de una conversaci que se extendiy paspor varios ticos, Aristarain, Campanella y Trapero dieron su punto de vista sobre la actualidad cinematogrica de esta Argentina de 2004.

Este a puede marcar un rord de estrenos argentinos. Co ven la situaci? No temen que tantos tulos pueden llegar a ser demasiados?

Campanella: No creo que sea algo malo, creo que se potencian. Es el famoso boom quinquenal…

Aristarain: Me parece que es bueno ir ocupando espacios. Lo que hay que hacer es producir, es la ica manera de copar el mercado. Y respecto al plico, eso nunca se sabe. El plico nunca le fue fiel a nada. No se sabe ni nunca se sabrcomo funciona. Es algo impredecible.

Trapero: Estar preocupado por si hay muchas pelulas es contradictorio. Tiene que haber oferta para la gente que estbuscando ver cine argentino. Prefiero la «desventaja» de la sobreabundancia a no tener nada.

Campanella: Fijate lo que pasen 2002 cuando se estrenaron Un oso rojo, El bonaerense, Historias mimas. Se generuna onda con el cine argentino. Lo que es cierto es que si hay 15 pelulas buenas en un mes, la gente no puede verlas todas.

O sea que los premios de festivales y eso no ayuda demasiado…

Trapero: Ayuda a que la pelula tenga una entidad antes de ser estrenada, como una buena crica o notas.

Campanella: Pero no te garantiza nada. Recuerdo que El viento se llevlo quganen San Sebasti y no pasnada. Valent se estrensin festivales y anduvo mucho mejor. No s Si bien es verdad que sin multimedios hay un techo, despu hay algo de la calidad de la pelula, algo que pega. Mundo gr hizo 100 mil espectadores y sin actores, en blanco y negro, y con buena crica. Otras pelulas parecidas, con el mismo apoyo de crica y premios, no pegan, no tienen ese algo entrable que tiene Mundo…

Aristarain: No se sabe ques, pero la gente algo se huele cuando una pelula no le va a gustar.

Trapero: Fijate Pizza, birra, faso. Se estrensin afiches, sin televisi.

Y por qupeg

Campanella: Era la primera de un nuevo tipo de cine. La sensaci de verdad que ten esa pelula golpemucho en ese momento. Pero ahora siento que los guiones nuevos no est sustentados con una historia potente. Al principio, ese elemento de verdad, por ssolo, llamaba la atenci. Pero ahora, creo, las historias vuelven a lo clico: tres actos, personajes que tengan alg tipo de viaje. Despu de ver cinco pelulas sobre un d en la vida de… quer un poquito m de conflicto, vueltas de tuerca.

Aristarain: Uno escribe lo que uno es, dec Baroja. Hay que escribir para que el lector entienda y se entretenga, es asde sencilla la cosa.