Jugando a la democracia

POR: Oswaldo Echeverría

Hemos pasado un fin de semana decisivo en la democracia del país. A estas alturas ya sabemos quienes asumirán las distintas dignidades en todas las jurisdicciones.

Los informes de los observadores, especialmente de la OEA han dejado ver los puntos críticos notados en estas elecciones, y bien podemos decir que para hablar de verdadera democracia, nos falta mucho camino por andar, pero aquí estamos.

Y, a pesar de que las campañas sucias se han dado en todas las elecciones desarrolladas, el comportamiento de los actores políticos nos hace notar que los ecuatorianos todavía no la sabemos articular adecuadamente, pues normalmente caemos en confrontaciones personales.

Los involucrados en este proceso eleccionario han sido los miembros del CNE como ente ejecutor, el Gobierno Nacional en la cabeza del Presidente de la República, el Cpccs Transitorio en la cabeza de su presidente, los partidos políticos y candidatos a las distintas dignidades, y finalmente con un papel altamente protagónico los medios de comunicación.

Todos ellos han demostrado tener una energía importante para gestionar campañas tan pomposas como para mover poblaciones enteras e influir en las decisiones de la gente.

En balance general, esta campaña ha estado llena de ataques entre candidatos opositores, artimañas por los órganos de control por favorecer ciertas orientaciones, propaganda inconmensurable a través de las redes sociales desde todos los bandos y muy pocos se han dedicado a hacer propuestas paciente y adecuadamente pensadas que promuevan el bien del la gente y un futuro promisorio para el país.

Esa es la mayor debilidad de la población, priorizar los problemas domésticos y evitar análisis políticos, lo que hace que la imposición de criterio sea el método de hacer democracia. Ya es momento de aceptar el rol político que cada persona tiene, a pesar de no ser actor político. Es importante hablar con madurez para discutir con altura.