El nombramiento del nuevo secretario, Jorge Costa, alienta la discusión de institucionalizar esa entidad.
El 22 de febrero de 1995, Jorge Costa empezó a enfrentar uno de los momentos cruciales de su vida: como comandante en Tiwintza participó en la Guerra del Cenepa, el último conflicto bélico entre países de América. Ecuador se enfrentaba a Perú.
Tras 30 años de vida militar, y en calidad de coronel en servicio pasivo, se dedicó a otros estudios: es doctor en Ciencias de la Educación y tiene diplomados en Gerencia Comercial y Seguridad Ciudadana.
El general Paco Moncayo, jefe del Comando Conjunto durante la guerra, recuerda que Costa estuvo en la “parte más dura” del conflicto. “El coronel Jorge Costa tiene todos los atributos para cumplir esas funciones”, dice, respecto del nombramiento que le hizo el presidente, Lenín Moreno, como nuevo secretario nacional de Inteligencia, en reemplazo del criticado Rommy Vallejo.
Moncayo destaca la formación militar y académica de Costa: “Fue un acierto del Gobierno el haberle designado, es un hombre muy serio, al que nadie le va a poder manipular ni hacer que la Inteligencia funcione para otra cosa que no sea en beneficio de la seguridad de todos los ecuatorianos”.
El coronel en servicio pasivo y exasambleísta constituyente Luis Hernández es amigo de Costa desde los 15 años. Fueron compañeros de promoción en las Fuerzas Armadas y combatieron en la guerra. “Es un hombre de valores morales y profesionales muy fuertes, un hombre apegado a la Ley”, dice.
30
años de vida militar tuvo Costa. Coincide con Moncayo en que es un “nombramiento muy acertado” e incluso se atreve a aseverar que da cuenta de un cambio de política respecto a la Inteligencia. “El Gobierno, al nombrarle al coronel Costa, expresa sus deseos de llevar a esta institución por el lado profesional y estimo que no se hará nada que no sea lo que contempla la Ley”.
Retos
En criterio del analista en temas de seguridad Freddy Rivera, la decisión de Moreno es adecuada, “aunque un poco tardía”. Piensa que Costa debe hacer el análisis interno que le permita tomar los correctivos que la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain) requiere. “El principal reto es convertir a la Secretaría en un ente moderno, que funcione en parámetros democráticos, con contrapesos de las funciones, como es en otros países del mundo, y que logre proponer una Ley de Inteligencia, de la que el país carece”.
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diplomados tiene en su hoja de vida. Para Rivera, es fundamental que la Senain se limpie de su “orientación de pesquisa o policía política, que estaba personalizada en las lógicas que tenía el expresidente Rafael Correa y algunos de sus ministros”. Lograr esos cambios, para Rivera, debería ser el primordial objetivo del flamante secretario.
EL DATO
Sobre la renuncia de Vallejo se rumoraba desde hace al menos dos semanas. “Es innegable que este manejo de la Inteligencia era parte de toda la receta del modelo chavista que se implantó en Ecuador”, piensa Paco Moncayo. “En los gobiernos autoritarios generalmente la herramienta fundamental para la opresión y represión es la Inteligencia”.
Para él, también es fundamental avanzar hacia una Ley de Inteligencia, que sea debatida por la sociedad ecuatoriana, “para que nunca se la pueda utilizar con fines de persecución política”. “Un Estado necesita una Ley para un tema de esta naturaleza, me parece que no solo es cuestión de designar a una nueva persona”, señala. (MMD)