CNA condecorada

Rodrigo Santillán Peralbo

En octubre de 2015, el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y otros importantes movimientos y organizaciones sociales crearon la Comisión Nacional Anticorrupción con Julio César Trujillo, Isabel Robalino, María de Lourdes Arboleda, Byron Celi, Simón Espinosa, Germán Rodas, Ramiro Román, Juan Fernando Vega y Jorge Rodríguez, destacadas personalidades de impoluta vida que asumieron tan grande responsabilidad y decidieron luchar contra la corrupción enquistada en las alturas del poder y en casi todos los estamentos del Estado.

Desigual combate de siete hombres y dos mujeres contra el poderoso aparataje, que hizo del servicio público una oportunidad para atracar los fondos del Estado que son de todo el pueblo. Los corruptos actuaron con la sicología del delincuente que cree que jamás van a descubrir sus latrocinios, felonías y actuaciones fuera de la ley y elementales normas de conducta.

Muchos fueron denunciados por la CNA y los pillastres de la peor laya reaccionaron con total mala fe e instauraron procesos legales, porque también se creyeron dueños de fiscales y jueces, y exigieron millonarias indemnizaciones y condenas de prisión acusándolos de injurias y calumnias.

El trabajo de la Comisión Nacional Anticorrupción no ha sido en vano. El Concejo Metropolitano de Quito resolvió entregarles la condecoración Manuela Cañizares por sus relevantes servicios a la comunidad, por nobles causas ejecutadas, como suele hacerlo también en reconocimiento a personalidades que se han destacado en ciencias, artes y defensa de los Derechos Humanos.

Fue una condecoración a la ética, a la lucha para construir una sociedad más transparente, justa y solidaria. Ha sido un reconocimiento a la respuesta de la sociedad civil ante la ausencia inmoral de los organismos de control.

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