Redacción SAN PETERSBURGO
AFP
“En Bélgica siempre nos habíamos sentido un poco inferiores a otros”, hasta que llegaron los Juegos de Pekín-2008, punto de partida de la ‘generación dorada’ del fútbol belga, que alcanzó las semifinales en la cita china y que 10 años después aspira al título mundial, asegura el exseleccionador olímpico de los ‘diablos rojos’, Jean-François De Sart.
¿El éxito actual del fútbol belga tiene su origen en la Eurocopa-2007 Sub-21 y en los Juegos-2008?
El inicio de la aventura comenzó ahí. En ese momento, la selección absoluta no tenía buenos resultados (71ª en el ranking FIFA en junio de ese año) y el fútbol belga estaba dominado por la pesadumbre. Con aquel equipo Sub-21 llevábamos logrando buenos resultados desde varios años atrás. Era la generación de los Vertonghen, Vermaelen, Dembélé, Witsel, Fellaini, y después Kompany.
¿Qué cambió esa doble semifinal (2007 y 2008)?
Fue sobre todo una cuestión mental, hubo un ‘clic’. En Bélgica siempre habíamos sido un poco temerosos, nos sentíamos siempre inferiores a otros. El hecho de alcanzar las semifinales de la Eurocopa y un año después la de los Juegos hizo ver a esta generación que también eran capaces de luchar por entrar en la élite del fútbol mundial.
Y a partir de aquel momento se entró en una especie de círculo virtuoso…
Sí, ya que 2008 fue también el año en el que Vincent Kompany pasó del Hamburgo al Manchester City. Fue el primero en marcharse al extranjero para hacer carrera como profesional y eso estimuló al resto de jugadores. Y hoy vemos dónde están; son todos jugadores importantes en clubes grandes de la Premier League.
¿Bélgica se ha convertido en la gran cantera de talentos?
cuando vas al extranjero y dices que eres belga, automáticamente se tiene un respecto por todo esto. Nos preguntan cómo lo hacemos. La formación en Bélgica es extraordinaria.