Plegarias por mi ciudad

La corrupción no solo es lo que conocemos, sino que va más allá: no brindar un trabajo, un servicio o cualquier actividad de forma honesta y con voluntad para hacerlo. Parecemos no darnos cuenta, o no queremos darnos cuenta de lo que sucede en nuestro entorno. En nuestra querida Ciudad Blanca se vive sus fiestas y engalanarla como ella se merece; sin aspavientos y sin derroches. Adornamos la fachada habiendo verdaderas obras por realizar el mercado se quedó en una quimera, el Cuartel convertido en oficinas, el Arcángel en el abandono y un problema de tierras. El cuidado y observancia de nuestra hidalga ciudad no solo le corresponde a los elegidos, sino a todos sin distinción.

Luis Medina de la Bastida
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