Redacción TULCÁN
La terminal terrestre de Tulcán recepta por estos días a 700 viajeros diarios de origen venezolano que pugnan por viajar a Huaquillas. Las frecuencias se despachan entre las 11:00 y las 23:00.
Carlos Vela, administrador de la terminal, explica que todos viajan hacia Perú y Chile. “Van directamente hacia la frontera sur para evitar cualquier tipo de incidentes”, señala Marlon Narváez, conductor de un bus interprovincial.
Mientras que, diariamente 400 migrantes arriban desde varias ciudades ecuatorianas con el propósito de retornar a su nación de origen. Wenseslao Rodríguez, oriundo de Caracas asegura que retorna porque la situación está dura en Ecuador.
Prefiere no efectuar ningún tipo de comentario sobre los sucesos de los últimos días en Ibarra, pero asegura que los venezolanos son gente sana y buena que han sido forzados a migrar.
En cambio en la Panamericana E 35, en el tramo Rumichaca – Ibarra es común ver por estos días como grupos de entre ocho y diez inmigrantes ingresan o salen a pie del país.
Los que regresan afirman que en los últimos días se ha acrecentado la antipatía por ellos. “En la carretera nos gritan obscenidades y hasta nos calumnian”, manifiesta Carolina Pietri, quien quiere reunirse con sus familiares en Maracaibo.
Entretanto, los que entran, van temerosos y convencidos de que los conductores de camionetas o camiones no los subirán y les prestarán ayuda, porque dicen que los ecuatorianos están resentidos y molestos por la acción irresponsable de uno de sus connacionales.
“Caminamos encomendándonos al Todopoderoso y apresuramos el paso cuando llegamos a zonas pobladas”, enfatiza Jorge Pérez, quien añade que no se quedará en Ecuador. (CMRV)