Libros que no se nos caerán de las manos

Por Edgar Freire Rubio

“¿Quién no ha tenido la tentación de abandonar una lectura comenzada? Esta acción no suele pregonarse, pero basta con que el tema surja en una red social (“No he podido terminar el libro X”) para que salten experiencias similares: “Yo tampoco pude con Y”, “A mí Z me ha resultado intragable”. La red social de lectura Goodreads hizo una de las raras encuestas que hay sobre el tema entre sus lectores (en inglés). En ella se vio cómo se habían caído de las manos de los lectores clásicos voluminosos, como ‘Moby Dick’ o ‘Ulises’, aunque también se dejaron libros más breves, como ‘Cincuenta sombras de Grey’. En las redes sociales españolas se han visto recientemente lectores que anunciaban que dejaban la lectura de ‘Solenoide’, extensa novela de un famoso escritor rumano, aunque inmediatamente surgían otros que manifestaban el placer que tenían con ella. También es muy frecuente que se deje una obra y años más tarde se retome para terminarla. ‘En busca del tiempo perdido’, de Proust, es un caso típico. El impulso para leer un libro puede ser su prestigio antiguo (clásicos) o su actualidad (obras de moda), pero de nada servirán si los lectores no lo encuentran atractivo o interesante. Y ese juicio puede ser muy personal”.

Este largo párrafo corresponde a una reflexión del escritor español, José Antonio Millán en su artículo ‘Cuando un libro se nos cae’ (El País, Madrid, 17 de agosto de 2018). ¿A usted le ha sucedido lo mismo? Sería bueno hacer un listado de obras literarias que se nos han caído de las manos, a causa de la ‘ley de la gravedad’, de libros malos y costosos.

Pocas editoriales ecuatorianas tienen el vigor y el rigor de la Corporación Editora Nacional. Con Abya Yala, hacen un dúo que ennoblece la tarea de hacer libros esenciales dentro del ámbito de las Ciencias Sociales. Salvo error u omisión, no faltaría más.

PEDAGOGÍA. ‘La escuela que redime’, un estudio de Sonia Fernández.
PEDAGOGÍA. ‘La escuela que redime’, un estudio de Sonia Fernández.

Luis Mora me hace llegar cuatro volúmenes más de la atildada Biblioteca de Historia que está bajo la batuta de Guillermo Bustos. Saboreen estos títulos: ‘Formación de los sistemas educativos nacionales en Hispanoamérica. El caso ecuatoriano, 1895-1912’ de la catedrática española Gabriela Ossenbach; ‘Historia de la revolución liberal ecuatoriana’; ‘Estado, sociedad e insurgencia en Manabí. 1860-1895’ y ‘La escuela que redime. Maestros, infancia escolarizada y pedagogía en Ecuador, 1925-1948’ de Sonia Fernández Rueda.

El maridaje o coedición con la Universidad Andina Simón Bolívar, aumenta el prestigio de esta invaluable Biblioteca. Como guinda de este postre bibliográfico viene: ‘Evolución Constitucional del Ecuador. Rasgos históricos’, de Enrique Ayala Mora. ¡Qué buena cosecha!

Nunca se tendrá un dato veraz de los millones de ejemplares que se han vendido y se siguen comercializando de ‘El Principito’ de Saint-Exúpery, en todos los idiomas y formatos. Milton Arias, propietario de Veta Ediciones, me pone a releer este inolvidable cuento. Para quienes se quejan de que los libros son caros, esta digna edición en papel couché cuesta seis dólares y, empastada, nueve con setenta ¿Qué más ganga?

Siempre se echa de menos las entrevistas de Rodrigo Villacís Molina en la revista Mundo Diners. Por muchos años deleitó a los lectores de esta publicación mensual en cuyo género literario ha sido uno de los mejores. En sus más de 120 inquisitorios no se ha ‘librado’ ni Juan Montalvo. Me invita a leer, ‘Juan Montalvo de frente y de perfil’ (2018). Les aseguro que es un texto que no se les va a caer de las manos. ¡Palabra de librero!

INVESTIGACIÓN. ‘Historia de la Revolución Liberal Ecuatoriana’, obra del historiador Enrique Ayala Mora.
INVESTIGACIÓN. ‘Historia de la Revolución Liberal Ecuatoriana’, obra del historiador Enrique Ayala Mora.

A tiempo y oportunamente, no dejan de llegar a mi casillero dos revistas valiosas: América Latina en Movimiento No. 540 (abril, 2019) y su tema central: ‘Nuevas pistas de la economía mundial’, con el aval del Observatorio Económico Latinoamericano (BELA), y la Edu@news No. 140. Los 5 mil ejemplares que reparte generosamente no tienen desperdicio. Si quieren saber sobre la ‘Evaluación Pisa en el Ecuador’, acudan a esta publicación bienvenida.

Es motivo de contento que, a pesar de los pesares (se sigue leyendo cicateramente en nuestro país), las librerías Rayuela y Conde Mosca hayan cumplido 12 y 3 años, respectivamente. Bien por Mónica Varea y Marcelo Recalde. ¡Sigan apagando velas bien merecidas!

Es grata noticia el saber que la Pontificia Universidad Católica del Ecuador reverdece el viejo prestigio de buenos editores. A su apetecible colección ‘El almuerzo del solitario’ se suman cuatro nuevas antologías. Los agraciados son: Sonia Manzano con ‘El ave que todo lo atropella’; ‘Los días sucios’, de David Ledesma Vásquez; ‘Atrás de mí queda un barrio a oscuras’, de Fernando Nieto Cadena; y ‘Réquiem por la luz’, de Gonzalo Escudero.

Qué penoso para nuestro periodismo cultural que casi nadie haya dedicado unas líneas ante la muerte del escritor español Rafael Sánchez Ferlosio. ¿No han leído acaso ‘El Jarama’ (Premio Nadal, 1955) o ‘Industrias y andanzas de Alfanhuí’, que aquí circuló masivamente en la olvidada Biblioteca Básica Salvat, por los años 70 del siglo pasado? Esta lamentable omisión es parte de nuestro adanismo literario. Pero fue noticia de primera plana el fallecimiento de Alberto Cortez. Muy merecido, pero las distancias son ostensibles. ¿O no?

Quedo en deuda con Alfonso Ortiz Crespo, Paúl Salazar y Gustavo Vela Icaza. Será para la próxima. ¡Paciencia y hasta luego!