Las tres ‘narcos’

Rosalía Arteaga Serrano

La delincuencia ha existido siempre,; la vulneración de los derechos y de la Ley han sido recurrentes a lo largo de la historia de la humanidad. Los delincuentes, tanto los de cuello blanco, como los vulgares ladrones de la calle, han puesto siempre en peligro la convivencia de los pueblos.

Sin embargo, las situaciones a las que asistimos hoy son más preocupantes, pues se usan las más modernas tecnologías para cometer los delitos y su escenario de acción es el planeta. Un ejemplo es la producción y comercialización de estupefacientes, que comienza en los campos de cultivo, generalmente en zonas de difícil acceso, aunque cada vez son más osados y lo hacen hasta en los centros de las metrópolis.

Luego viene el procesamiento, en espacios pequeños o en sofisticados laboratorios. Finalmente, el tráfico a pequeña o a gran escala, usando increíbles elementos para camuflar la droga y evadir los controles. Se encuentra droga en artesanías, frutas, enlatados y en cuanto lugar se pueda imaginar.

Se han puesto de moda los sumergibles o submarinos artesanales, como el encontrado en las costas de Galicia con más de tres toneladas de cocaína, valorada en tres millones de euros.

El dinero que genera el tráfico de drogas es enorme; el poder de los narcotraficantes es brutal, lo demuestra la reciente liberación del hijo del ‘Chapo’, ante el temor del gobierno mexicano por las represalias.

Tráfico de drogas y guerrillas son una misma cosa, lo que atenta contra la vigencia de la democracia en América Latina, lo que ha dado lugar a hablar de ‘narcocracia’ por el real poder que ejercen. Narcotecnología, narcogerrilla, narcocracia, ameritan una reunión de los líderes democráticos latinoamericanos, para encontrar salida a esta crisis que desborda a los Estados y las sociedades.

[email protected]

Rosalía Arteaga Serrano

La delincuencia ha existido siempre,; la vulneración de los derechos y de la Ley han sido recurrentes a lo largo de la historia de la humanidad. Los delincuentes, tanto los de cuello blanco, como los vulgares ladrones de la calle, han puesto siempre en peligro la convivencia de los pueblos.

Sin embargo, las situaciones a las que asistimos hoy son más preocupantes, pues se usan las más modernas tecnologías para cometer los delitos y su escenario de acción es el planeta. Un ejemplo es la producción y comercialización de estupefacientes, que comienza en los campos de cultivo, generalmente en zonas de difícil acceso, aunque cada vez son más osados y lo hacen hasta en los centros de las metrópolis.

Luego viene el procesamiento, en espacios pequeños o en sofisticados laboratorios. Finalmente, el tráfico a pequeña o a gran escala, usando increíbles elementos para camuflar la droga y evadir los controles. Se encuentra droga en artesanías, frutas, enlatados y en cuanto lugar se pueda imaginar.

Se han puesto de moda los sumergibles o submarinos artesanales, como el encontrado en las costas de Galicia con más de tres toneladas de cocaína, valorada en tres millones de euros.

El dinero que genera el tráfico de drogas es enorme; el poder de los narcotraficantes es brutal, lo demuestra la reciente liberación del hijo del ‘Chapo’, ante el temor del gobierno mexicano por las represalias.

Tráfico de drogas y guerrillas son una misma cosa, lo que atenta contra la vigencia de la democracia en América Latina, lo que ha dado lugar a hablar de ‘narcocracia’ por el real poder que ejercen. Narcotecnología, narcogerrilla, narcocracia, ameritan una reunión de los líderes democráticos latinoamericanos, para encontrar salida a esta crisis que desborda a los Estados y las sociedades.

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La delincuencia ha existido siempre,; la vulneración de los derechos y de la Ley han sido recurrentes a lo largo de la historia de la humanidad. Los delincuentes, tanto los de cuello blanco, como los vulgares ladrones de la calle, han puesto siempre en peligro la convivencia de los pueblos.

Sin embargo, las situaciones a las que asistimos hoy son más preocupantes, pues se usan las más modernas tecnologías para cometer los delitos y su escenario de acción es el planeta. Un ejemplo es la producción y comercialización de estupefacientes, que comienza en los campos de cultivo, generalmente en zonas de difícil acceso, aunque cada vez son más osados y lo hacen hasta en los centros de las metrópolis.

Luego viene el procesamiento, en espacios pequeños o en sofisticados laboratorios. Finalmente, el tráfico a pequeña o a gran escala, usando increíbles elementos para camuflar la droga y evadir los controles. Se encuentra droga en artesanías, frutas, enlatados y en cuanto lugar se pueda imaginar.

Se han puesto de moda los sumergibles o submarinos artesanales, como el encontrado en las costas de Galicia con más de tres toneladas de cocaína, valorada en tres millones de euros.

El dinero que genera el tráfico de drogas es enorme; el poder de los narcotraficantes es brutal, lo demuestra la reciente liberación del hijo del ‘Chapo’, ante el temor del gobierno mexicano por las represalias.

Tráfico de drogas y guerrillas son una misma cosa, lo que atenta contra la vigencia de la democracia en América Latina, lo que ha dado lugar a hablar de ‘narcocracia’ por el real poder que ejercen. Narcotecnología, narcogerrilla, narcocracia, ameritan una reunión de los líderes democráticos latinoamericanos, para encontrar salida a esta crisis que desborda a los Estados y las sociedades.

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La delincuencia ha existido siempre,; la vulneración de los derechos y de la Ley han sido recurrentes a lo largo de la historia de la humanidad. Los delincuentes, tanto los de cuello blanco, como los vulgares ladrones de la calle, han puesto siempre en peligro la convivencia de los pueblos.

Sin embargo, las situaciones a las que asistimos hoy son más preocupantes, pues se usan las más modernas tecnologías para cometer los delitos y su escenario de acción es el planeta. Un ejemplo es la producción y comercialización de estupefacientes, que comienza en los campos de cultivo, generalmente en zonas de difícil acceso, aunque cada vez son más osados y lo hacen hasta en los centros de las metrópolis.

Luego viene el procesamiento, en espacios pequeños o en sofisticados laboratorios. Finalmente, el tráfico a pequeña o a gran escala, usando increíbles elementos para camuflar la droga y evadir los controles. Se encuentra droga en artesanías, frutas, enlatados y en cuanto lugar se pueda imaginar.

Se han puesto de moda los sumergibles o submarinos artesanales, como el encontrado en las costas de Galicia con más de tres toneladas de cocaína, valorada en tres millones de euros.

El dinero que genera el tráfico de drogas es enorme; el poder de los narcotraficantes es brutal, lo demuestra la reciente liberación del hijo del ‘Chapo’, ante el temor del gobierno mexicano por las represalias.

Tráfico de drogas y guerrillas son una misma cosa, lo que atenta contra la vigencia de la democracia en América Latina, lo que ha dado lugar a hablar de ‘narcocracia’ por el real poder que ejercen. Narcotecnología, narcogerrilla, narcocracia, ameritan una reunión de los líderes democráticos latinoamericanos, para encontrar salida a esta crisis que desborda a los Estados y las sociedades.

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