LUIS REINOSO GARZON
Nuestro país está cruzado de fallas geológicas, que en cualquier momento pueden provocar un movimiento sísmico que dependiendo de la intensidad puede convertirse en un simple temblor o un terremoto que ha causado graves daños a las viviendas, edificios, puentes, carreteras, o cualquier obra realizada por el ser humano. Ecuador registra una historia de 40 terremotos de intensidad variada desde 1541, el país tiene una larga actividad sísmica que ha destruido ciudades con pérdida de vidas, sin embargo no existe una conciencia del peligro ni la preparación y capacitación sobre estos movimientos telúricos.
Lo importante es tener en cuenta las normas de seguridad en cada uno de nuestros hogares como objetos sueltos que pueden caerse en el momento del movimiento sísmico.
Los terremotos son uno de los fenómenos naturales más imprevisibles y difíciles de evitar y dependiendo de la intensidad producen efectos negativos en las construcciones, por lo que es necesario un adecuado diseño de la estructura y elección de materiales, a fin de conseguir edificaciones sismo resistentes; desde luego para que una construcción soporte un terremoto su estructura debe ser sólida simétrica, uniforme, continua y bien conectada.
La elección de los materiales de construcción es un factor de mucho valor para los eventos sísmicos, así las materias primas más utilizadas para estos casos son la madera, la caña guadua, el hormigón, el acero, carrizo, piedra pómez; en la localidad se dispone de material para preparar morteros o mezclas apropiadas para juntar los ladrillos o los bloques procurando tomar en cuenta el ancho de las paredes, los refuerzos verticales, etc,. Por falta de previsión y conocimiento han sido destruidos por terremotos, ciudades como Ambato, Latacunga, Riobamba, Ibarra, Portoviejo entre otras.