Neurociencia y educacion

LUIS REINOSO GARZON

Gracias al estudio y conocimiento de la neurociencia se puede saber qué factores son determinantes para que, aquello que queremos que aprendan los niños en la escuela se haga de manera eficaz y duradera, es decir cómo acogemos al aprendizaje sin tener que enfrentamos a él ni luchar por querer fijarlo en su cerebro.

La Neurociencia estudia la estructura, la función, el desarrollo de la bioquímica, la farmacología y la patología del sistema nervioso de manera especial, cómo sus diferentes elementos interactúan para tener una información clara sobre las bases biológicas de la conducta; gracias estos resultados, hoy conocemos que el cerebro es el responsable exclusivo de las alegrías, los placeres, la risa, la diversión, las penas, la aflicción, el desaliento y las lamentaciones y gracias al cerebro sobre todo adquirimos conocimientos y sabiduría; sabemos lo que es bueno y malo, lo que es bello lo que es dulce, insípido y repugnante.

La Neurociencia ofrece apoyo a la Psicología con el propósito de entender mejor la complejidad del funcionamiento mental, cuya tarea es intentar explicar cómo funcionan millones de células nerviosas en el encéfalo para producir la conducta y como a su vez, estas células están influidas por el medio ambiente tratando de desentrañar la manera de como la actividad del cerebro se relaciona con el espíritu y el comportamiento; además lo más importante cómo aprende, cómo guarda información nuestro cerebro y cuáles son los procesos biológicos para el aprendizaje.

Ahora sabemos que los humanos tenemos la capacidad de monitorear y controlar nuestra propia mente y conducta; esta última función nos ha permitido dar un paso gigantesco en términos evolutivos: hemos logrado volvernos la especie que se propone estudiarse a sí misma. En este punto las emociones son reacciones del cerebro que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, persona o recuerdo.