PAULINA CORONEL PÁEZ
Pastocalle, parroquia de Latacunga, en Cotopaxi es tierra de campeonas. Janeth Caisalitín, oriunda de esta zona puso su marca. Ahora lo hace la fondista Carmen Amelia Toaquiza, quien hace pocos días ganó el campeonato Panamericano de Cross Country, disputado en El Salvador, país centroamericano. Un aplauso a la perseverancia, porque el deporte es eso. Las y los campeonas se forman con paciencia y mucha disciplina, dos valores que además forman una personalidad fuerte. Carmen Amelia, conquistó los 10 km. de damas mayores, con 35 m y 04s; seguida muy de cerca por dos atletas peruanas.
Entrena en la escuela de la ex campeona sudamericana junior, Sandra Ruales y sus cualidades resaltaron en otros campeonatos como los de Chile y Colombia. En la escuela de Ruales, hay más deportistas destacados y en muchas ocasiones entrenan en El Boliche, en las faldas del volcán Cotopaxi. Sus preparadores buscan revivir sus condiciones naturales, porque son jóvenes acostumbrados a caminar grandes distancias.
Cada medalla es una satisfacción personal, familiar y del país. Lástima, que casi siempre sean esfuerzos aislados los que llevan a los jóvenes a subir al podio. Hace falta apoyo de los organismos gubernamentales locales y nacionales. Más, en el caso de Cotopaxi, en donde muchos atletas han tenido que federarse en provincias vecinas y lucir otros colores en sus camisetas. De todas formas, todos somos ecuatorianos. Y no existe solo el fútbol.
Destacamos en otras disciplinas, y existe la necesidad de potenciar las destrezas de los niños y jóvenes; así como de adecuar espacios y pistas para que los deportistas sean de élite, capaces de enfrentar a cualquier gran campeón mundial. Soñar no cuesta nada. Lograrlo es el objetivo.