Burócratas

PATRICIO CÓRDOVA CEPEDA

Debemos estar claros que los sueldos de los burócratas pagamos los mismos ecuatorianos con fondos públicos, es decir con el presupuesto del Estado, por lo tanto no se trata del buen corazón de algún gobernante ni del partido de gobierno, porque ningún funcionario saca dinero de su propio bolsillo para las actividades de un empleado o trabajador del sector público.
Esta situación obliga a que cada quien cumpla a cabalidad sus funciones, sin ser sumisos a personas ni autoridades, sino con respeto de la Constitución y la ley, con gran voluntad de servicio al ciudadano.

Existen tres formas de llegar a ejercer cargos públicos. La primera con el voto popular (Presidente, Vicepresidente, asambleístas, prefectos, alcaldes, concejales, miembros de juntas parroquiales). La segunda mediante selección por concursos de oposición y merecimientos. Y la tercera, por designación de confianza o directamente por parte de la autoridad, sin selección alguna y más por conveniencias personales o políticas, que por necesidades institucionales o colectivas.

En las dos primeras de todas maneras hay mérito, sea por haber sido escogido por el pueblo, en las urnas, o por obtener puestos estelares en concursos públicos. En la tercera es donde hay mucha influencia personal, compadrazgos, amiguismo, en donde además se coloca a dedo a quienes necesitan ser funcionales al poder público coyuntural.

No es extraño ni excepcional encontrar a ciertas personas que en todos los gobiernos o en el mismo van de institución en institución, pasan de una a otra con suma facilidad, sin importar perfiles, capacidades y conocimientos. Sin son tan necesarios o útiles sería bueno que demuestren sus bondades en el sector privado. Ahí les quiero ver.