Conflicto anunciado

POR: ALEJANDRO FABARA TORRES

El narcotráfico y los disidentes ocupan el vacío que dejó las FARC tras su desmovilización aprovechándose de la inexperiencia de Ecuador. Mientras Colombia intenta cerrar medio siglo de guerra con las FARC, nuestro país se estrena en el narcoterrorismo. En menos de tres meses, hemos sufrido el asesinato de cuatro militares, tres periodistas, medio centenar de heridos y el secuestro de dos civiles por la extensión del posconflicto colombiano que no conoce fronteras.

Los ataques en la zona fronteriza han atravesado al Ejército, la Policía y al Gobierno ecuatoriano como una sacudida eléctrica de realidad. Estamos frente a un escenario militar desconocido. Con la firma del acuerdo de paz, el statu quo se derrumbó. El ELN, la disidencias y desertores de las FARC y el narco ocuparon espacios que dejó la guerrilla. Y no es para menos, el botín es suculento: cultivos de coca, tráfico de armas, contrabando, minería ilegal, y aprovechar la facilidad que da la dolarización para las transacciones internacionales y el lavado de dinero. Sin contar con que el Pacífico es la salida natural de la droga hacia Centroamérica y México que tienen como destino final el mercado estadounidense.

En 2013, el expresidente Correa renunció unilateralmente a los beneficios arancelarios que nos daba Estados Unidos por la lucha contra el narcotráfico, alegando su trillada defensa de la soberanía nacional. Tiempo atrás, en 2009, la presencia estadounidense fue desalojada de la Base de Manta, producto del distanciamiento que se materializó en 2008 con el bombardeo de Colombia en Angostura. Una década de permisividad y convivencia con el terrorismo y el narcotráfico, que quizá empezó mucho antes, en 2006, cuando Correa decía que las FARC no eran terroristas.

Los responsables de Defensa e Interior del Ecuador repiten cada vez que la nueva ola de violencia responde a operativos de las Fuerzas Armadas y la Policía en la frontera, pero no aceptan que es la crónica de un conflicto muy anunciado, para el cual no estamos preparados.