En época de vacaciones aumenta el número de infantes que salen a trabajar para ayudar a sus padres.
Lustrar zapatos, vender caramelos, frutas y comida son algunas de las actividades donde se observa con mayor frecuencia a los niños, especialmente en las vacaciones, dicen que lo hacen para ayudar a sus padres, y aunque no les gusta, muchos no tienen otra opción.
Frente a esta realidad latente, se desarrollan al momento las colonias vacacionales impulsadas por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) con el apoyo de sus cooperantes como son las fundaciones.
Gabriela Mena, directora de la Fundación Construyamos un Sueño, informó que trabajan en Latacunga, Saquisilí y Pujilí, atienden a 360 niños, quienes además de las actividades recreativas reciben alimentación, y se hace las gestiones para que obtengan becas y puedan seguir estudiando. Además bimensualmente se les entrega raciones alimenticias para su hogar y de esta manera no tengan que salir a trabajar. La Fundación recepta donaciones de útiles escolares que son de mucha ayuda en esta época.
Cuentan con 16 técnicos que están desplazados en los tres cantones en seis unidades de atención.
Además trabajan con los padres de familia para que esta realidad vaya cambiando y entiendan que los niños están en edad de jugar y estudiar, porque es más costoso a largo plazo que un niño deje de estudiar ya que en el futuro no podrá tener un empleo digno para solventar sus necesidades.
Para estas actividades, la fundación recibe apoyo de las empresas privadas y del MIES como su principal cooperante para este proyecto.
Para Mena es esencial que no se compre a los niñossu mercadería porque eso fomenta el trabajo infantil, si la gente quiere ayudar puede regalarles ropa, comida, pero no comprarles, no regalarles dinero.
Para Fabián Valle, representante legal de la Fundación Niños con destino, que concentra su trabajo en Pujilí, esta fecha es la que existe mayor vulnerabilidad para los niños porque se exponen al trabajo infantil y la mendicidad.
Coincide con Mena en que no se debe comprar a los niños porque eso impulsa a los padres a enviarlos nuevamente a que consigan más dinero, cuando los menores de 15 años no deben trabajar porque están en edad de estudiar, jugar y recrearse.
Para cambiar esta realidad, explicó que trabajan con los niños en actividades lúdicas, deportivas y recreativas y sobre todo en el desarrollo de sus habilidades sociales para que puedan tomar decisiones adecuadas y exigir que se respeten sus derechos. (VHG)