Sin pilotos

Cada vez que se conocen más detalles sobre el uso de los aviones presidenciales, nadie explica cómo esos aparatos que dependían directamente del control y cuidado del Presidente de entonces, no tengan reportes, manifiestos de carga o revisiones de aduana y permanecieran en un bunker secreto sobre el cuál no tenía control ni registro la FAE o la Aduana y que nada concuerde. Estuvieron 740 noches fuera del país, es decir, más de dos años, en visitas a paraísos fiscales y puertos misteriosos. Cabe preguntar a los que hacen el “informe”, ¿tenían pilotos, mecánicos o asistentes? Todos, al igual que los implicados en los atracos, nada recuerdan. ¿Nadie quiere investigar? Solo falta que digan que no requerían pilotos, porque funcionaban como drones.

Carlos Manuel Torres
Quito