La actriz falleció el 11 de septiembre de 1994. Sus papeles más recordados los hizo poco antes de morir.
DAVID ALMEIDA GARCÍA
Romance otoñal’ (‘Used People’) es uno de sus títulos favoritos en el cine y se estrenó en 1991, cuando llevaba uno luchando contra el cáncer de ovario. Pero dos años antes, en 1989, Jessica Tandy ganó el Óscar a Mejor actriz por la interpretación de una gruñona anciana judía en la cinta de época ‘Conduciendo a Miss Daisy’, donde su conductor era un hombre de raza negra con una gran paciencia, encarnado por Morgan Freeman.
Jessica Tandy, quien falleció el 11 de septiembre de 1994, se convirtió en el foco de atención de Hollywood y del mundo después de 65 años de carrera artística, pese a que fue parte de grandes películas, como ‘El valle del destino’ (1945), ‘The Green Years’ (1946), la mítica ‘Los pájaros’ (1963, dirigida por Alfred Hitchcock), ‘El mundo, según Garp’ (1981), ‘Amigos muy íntimos’, ‘Bajo sospecha’ (ambas de 1982) o ‘Cocoon’ (1985).
Incluso fue la primera actriz en interpretar a Blanche DuBois en el drama teatral ‘Un tranvía llamado deseo’, junto al gran Marlon Brando, quien repitió el mismo papel de Stanley Kowalski en la película de 1951, en la que compartió protagonismo con Vivien Leigh.
Además, por si fuera poco, ese papel le dio a Jessica Tandy un premio Tony en 1947, considerados los Óscar del teatro. En 1977 repitió el mismo trofeo por ‘El juego de Gin’ y en 1994 recibió uno honorífico (ver recuadro).
En 1987 ganó un premio Emmy por su papel en la película de televisión ‘Foxfire’.
Pero omitir esos grandes detalles hicieron aún más grande a esta actriz nacida en Londres, Inglaterra, el 7 de junio de 1909. Y es que en 1991 fue parte de ‘Tomates verdes fritos’, una de las mejores obras cinematográficas de los años 90’, que fue dirigida por Jon Avnet y que contó con un gran elenco, entre los que destacan, además de Tandy, Kathy Bates, Mary Stuart Masterson, Mary-Louise Parker y Chris O’Donnell.
Para muchos, su papel como Ninny Threadgoode en ‘Tomates verdes fritos’ le merecía un segundo Óscar, pero ese año la ganadora fue Mercedes Ruehl por su gran labor en la película ‘The Fisher King’.
Grandes elecciones a los 70 años
Es curioso, pero esta actriz de gran calidad artística tuvo sus mejores papeles cuando ya sobrepasaba los 70 años. No en vano, en 1989 al hacerse con el Óscar, se convirtió en la intérprete más longeva en obtener este galardón.
EL DATO
Su primera intervención como actriz fue en Londres con la obra teatral ‘El rey mentiroso’, en 1926. El tener una gran filmografía a sus espaldas también le dio la sabiduría de escoger mejores papeles, los que se acoplaban a su edad. En 1991 fue parte de ‘Romance otoñal’, dirigida por Beeban Kidron. También coprotagonizó el telefilme ‘The Story Lady’ (1991) junto a su hija en la vida real, Tandy Cronyn. Posteriormente, ‘Ni un pelo de tonto’ y ‘Camilla’, ambas en 1994 y en la que coincidió por última vez con su marido desde 1942, el actor canadiense Christopher Cronyn.
Y sí, ‘Camilla’ fue su última interpretación y fue tan audaz como para, a sus 84 años y sabiendo que se estaba muriendo, tener una breve escena desnuda. La actriz, quien destacó por su cuidada dicción y su versatilidad a la hora de adaptarse a personajes muy dispares, intervino también en numerosas series de televisión.
Matrimonios
° Tandy se casó por primera vez con el actor británico Jack Hawkins, de quien se divorció en 1940 y tuvieron una hija, Susan Hawkins. Dos años más tarde contrajo segundas nupcias con Hume Cronyn y este resultó ser uno de los matrimonios más duraderos de Hollywood. Fruto de su amor vino Tandy Cronyn.
EL DATO
En 1944 hizo su debut cinematográfico en Estados Unidos en la película ‘The Seventh Cross’. Tandy encontró en Hume Cronyn la pareja ideal, ya que esta unión se consolidó por la similitud de vocaciones, por su mismo amor al arte dramático, por la comprensión del uno para el otro de los problemas y pormenores de la carrera que ambos siguieron con una notable dedicación.
En 1994 ganaron ambos el premio Tony como un símbolo de unidad conyugal y de superación profesional. Dos meses más tarde de este reconocimiento, Jessica murió en Easton, Connecticut, a la edad de 85 años tras una dura lucha contra el cáncer de ovario.