Exoesqueleto de piernas, una opción para volver a caminar

PROTOTIPO. Los estudiantes explicaron el trabajo realizado en dos años.
PROTOTIPO. Los estudiantes explicaron el trabajo realizado en dos años.

Las necesidades de las personas parapléjicas, que no pueden ponerse de pie y que requieren hacerlo como parte de su tratamiento para no adquirir lesiones en la piel y en otros órganos, fueron los principales motivos que impulsaron a Milton Cajilema y a Carmen Guzmán, a realizar, como proyecto de tesis, un exoesqueleto de extremidades inferiores.

Los dos jóvenes, graduados de ingenieros en Macatrónica en la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE extensión Latacunga, iniciaron con este proyecto hace dos años, invirtieron unos 6 mil dólares en toda la investigación y en los prototipos que desarrollaron hasta llegar al actual que es a escala real.

Cajilema explicó que está hecho de estructura metálica, las partes mecánicas son de acero y fueron adquiridas en el país, mientras que la articulaciones, la tarjeta controladora y las baterías llegaron del exterior.

Pruebas

Durante el proceso se realizaron tres pruebas, la primera fue al vacío; es decir se suspendió en el aire al prototipo para observar, medir y tabular los datos. Ahí se verificó si cumple con su ciclo de marcha.

La segunda prueba se hizo con carga, con personas que sí pueden caminar para verificar que el prototipo soporte el peso de la persona y la tercera, fue con personas parapléjicas para evidenciar el ciclo de marcha y comprobar su funcionamiento.

“La alegría de las personas parapléjicas que probaron el exoesqueleto es nuestra mayor recompensa a este trabajo, porque sabemos que este proyecto será de ayuda para quienes pensaban que ya no podrían ponerse de pie y movilizarse de manera independiente”, dijo Guzmán.

Ahora, la idea que tienen estos dos profesionales es mejorar el prototipo para que se pueda comercializar y sea accesible para las personas que lo requieran por un costo que podrían alcanzar los 3 mil dólares. Que se convierta en un aparato tan funcional que pueda colocárselo de manera sencilla y rápida. Todos los recursos económicos invertidos corrieron por cuenta de los dos estudiantes, la Universidad les apoyó con la tutoría durante la ejecución y con los conocimientos que adquirieron en la aulas para poder desarrollar este prototipo.

Guzmán destacó que este aparato está hecho para personas con un peso máximo de 75 kilos y con una altura de 1,75 metros, si la persona es más delgada la batería durará más tiempo, normalmente funciona por dos horas y luego requiere una recarga de cuatro horas. En el caso de que se utilice todos los días, está determinado que el exoesqueleto tenga una vida útil de cinco años.

El sistema es controlado por un teléfono android, donde la aplicación le da la opción de caminar, se activa y empieza a dar los pasos, pero sus creadores trabajan para que cumpla las funciones a través de un comando de voz.

Patricia Constante, docente de Mecatrónica y directora de este proyecto, manifestó que como carrera han trabajado con líneas de investigación en rehabilitación y proyectos de ayuda a la comunidad como son los rehabilitadores de tobillo, de manos, de brazos y además rehabilitadores con ambientes virtuales.

Sobre este proyecto, dijo que la alegría que sintieron las personas parapléjicas al probarse el exoesqueleto, les motiva a seguir mejorando estos prototipos y aunque el aspecto económico es un limitante, buscan el apoyo de las empresas para que pueda comercializarse. (VHG)