Fallos racistas

La defenestración del sistema de justicia urge porque está infectado de desconfianza, impunidad y encubrimiento. Restringir, prohibir y reglamentar, durante la década autoritaria, se aplicó como mecanismo de firmeza eterna antes que por decisiones justas y equilibradas. Maniobrar y escandalizar con procesos judiciales fue letal, incluso internacionales, como fue el caso Chevron o dar asilo al pirata digital Julian Asange.

Nunca Ecuador debió inmiscuirse en la demanda privada de los pueblos amazónicos contra Texaco, luego Chevron, por el derrame de crudo y contaminación de agua, suelo, proliferación del cáncer y destrucción ambiental desde 1954 a 1992. Primero, porque el fallo del Tribunal Arbitral de la Haya a favor de la petrolera confunde la demanda original y mediatiza un escenario. Un sin lugar de derechos soberanos sin independencia de justicia, cortes corruptas e respeto a tratados bilaterales de inversiones; pero, lo peor, sin considerar la magnitud del ‘no pago’ racista de la petrolera. En 30 años de demanda. Segundo porque la demanda tiene otro camino, los activos de Chevron están en Canadá y este proceso judicial y de relaciones públicas continúa allá. Este podría concluir con sentencia de remediación recién en un año. Tercero porque las prioridades son distintas: Procuraduría, Fiscalía y Contraloría tienen que apuntar a auditar el desfalco de la década, evitar multas millonarias y hallar la ruta perdida del saqueo.

Estudios jurídicos locales, por costo y tiempo, tendrán que refutar en la Haya y pedir nulidad, mientras nuestros indígenas luchen en cortes canadienses con pruebas científicas de una catástrofe cinco veces mayor que el derrame acuático del Golfo de México en 2010.

La firma McSquared, la campaña del correato ‘La mano sucia’ y el pago a actores de Hollywood tienen que ser auditados para resarcir el colosal gasto arbitral por varias demandas contra el Estado (Perenco, Pdvsa, OCP). El campo de batalla de la justicia se delimita solo fuera del cálculo político, enfrentando las mentiras en masa y acabando con el cinismo correísta.

[email protected]
@klebermantillac