BYRON BURBANO MORENO
Prácticamente han concluido las celebraciones conmemorativas del 11 de Noviembre; resta alguna actividad y las corridas de toros de fin de mes, para dar paso, de inmediato, a las fiestas de Quito, ciudad Patrimonio de la Humanidad, por su Centro Histórico, sus tradiciones, leyendas, buenas costumbres. Diríamos que es una fiesta nacional porque en la ciudad capital del Ecuador habitan gente de todas partes del país y del mundo; es cosmopolita, con muchos contrastes en lo geográfico, social y político e influencias de toda índole; es el centro político del Ecuador, quizás su mayor e incontrolable problema.
Como ciudad de montaña soporta las inclemencias del tiempo: incendios en temporada seca, especialmente en páramos y pajonales; tormentas, granizos, derrumbes e inundaciones en tiempo de lluvias; calles estrechas y empinadas, grandes edificios no permiten admirar la majestuosidad de la ciudad, complejos habitacionales de lujo, similares o mejores que los de Miami, Nueva York, Paris o Roma, para los nuevos ricos (presuntamente burócratas de medio o alto niveles de los últimos años), centros de diversión exclusivos, pasos deprimidos, otros elevados, túneles y Metro.
En Quito se evidencia la corrupción nacional, porque es sede de instituciones como la Fiscalía, Corte Nacional de Justicia, Contraloría, Procuraduría, que la descubren y sancionan, no por eso la ciudad es corrupta. Valga esta afirmación para rechazar, una vez más, las irresponsable afirmación de periodistas y algunos entrevistados en medios de comunicación nacionales (TV) que hay presos en Latacunga, porque el Centro de Rehabilitación Social está al filo de la carretera E-35, a la altura del desvío que conduce a Ambato, por el Fuerte Patria, lejos de Latacunga.
Con todos los problemas de las grandes ciudades, subidas y bajadas, le llaman a Quito “Carita de Dios” y sus “chullas quiteños” (nacidos por todo el Ecuador) tienen que venir a Latacunga “FLOR, AROMA Y TRADICIÓN”, para iniciar las fiestas de Quito. Bienvenidos a Latacunga ciudad de libertad, honor, solidaridad y afectos que les recibe con los brazos abiertos, para que disfruten de los tres tercios taurinos y los tres tercios latacungueños: chug-chucaras, allullas y quesos de hoja.