En este año, en la Unidad de Violencia contra la Mujer y núcleo familiar se registran más denuncias que en 2017.
Tanto la Fiscalía como el Consejo de la Judicatura coinciden en que en este año se han presentado más denuncias por violencia a la mujer, lo que puede deberse a que a pesar de las campañas realizadas, la violencia persiste, o que ahora los casos se visibilizan porque las mujeres ya no se quedan calladas.
Maricela Yánez, fiscal de la Unidad de Violencia de Género de Latacunga, informó que en octubre el delito más común fue la violencia sicológica, se receptaron solo en ese mes unas 45 denuncias. En estos casos dijo que se avanza hasta donde la víctima lo permite con la información que entrega y con la decisión de seguir, porque en ocasiones se retractan y ya no entregan los elementos necesarios para avanzar con el proceso.
En el caso de violencia física, destacó que son un delito cuando sobrepasan los tres días de incapacidad y cuando hay lesiones permanentes.
En el caso de los delitos sexuales, dijo que cuando se conoce al agresor se llega hasta la sanción, pero cuando no se lo conoce se complica avanzar porque la víctima entrega pocos datos o a veces prefiere no recordar y no da elementos para la investigación.
Según Yánez, a comparación del año anterior, en 2018 hay más denuncias. Además está en indagación previa un caso que podrían ser catalogado como femicidio.
“El camino por recorrer es largo en el tema de violencia, no es una situación que desaparecerá de la noche a la mañana, hay que seguir trabajando en concienciación a las mismas mujeres para que no permitan la violencia”, dijo.
Rómulo Núñez, juez de Violencia Contra la Mujer y núcleo familiar, manifestó que en relación al año anterior, hasta la fecha han recibido unas 50 causas más.
Aseguró que una vez ingresadas las denuncias, los procesos terminan en sentencia, pero sí tienen problemas en cuanto a la colaboración de parte de la víctima en las audiencias, porque ya no acuden y es que por cuestiones culturales y sociales, la mujer termina sintiéndose culpable.
Las contravenciones por violencia física o verbal contemplan prisión de hasta un mes y trabajo comunitario, cuando son reincindencias la pena va desde uno hasta tres años.
Para Núñez es esencial entender que los derechos están determinados tanto para hombres como para mujeres, por lo que hay que respetarse mutuamente y dejar de lado los aspectos culturales y sociales que dan roles al hombre y la mujer porque es eso lo que promueve la violencia.
“Hombres y mujeres tienen los mismos derechos y obligaciones, pero con necesidades diferentes”, dijo. (VHG)