Listo estudio bidimensional de inundabilidad ante la erupción del volcán Cotopaxi

ACTIVIDAD. Los asistentes conocieron sobre el estudio técnico realizado por la Escuela Politécnica Nacional.
ACTIVIDAD. Los asistentes conocieron sobre el estudio técnico realizado por la Escuela Politécnica Nacional.

La Politécnica Nacional presentó el estudio bidimensional de inundabilidad por los lahares ante una erupción del volcán Cotopaxi.

Con una explicación del objetivo, la metodología y los resultados del proyecto por parte de la directora del estudio, Jimena Hidalgo, los habitantes de la ciudad, que acudieron a la socialización y las autoridades municipales conocieron ayer las amenazas que existen ante una erupción del volcán Cotopaxi en un escenario similar al de 1877.

Hidalgo explicó que la red de drenaje sur del coloso alcanza una longitud de 104.9 kilómetros y el estudio que se hizo en este sentido fue la afectación en zonas que van desde Mulaló hasta el límite cantonal con Salcedo.

El estudio inició tomando en cuenta los parámetros topográficos del terreno y los cauces naturales, a continuación se realizó una simulación numérica bidimensional, porque en el estudio facilitado por la Corporación Ecuatoriana de Electricidad (Celec) ya se contaba con el estudio unidimensional. Y finalmente se establecieron los mapas y valores con profundidad de flujos y velocidades.

Para la simulación numérica se tomaron en cuenta cuatros escenarios, sin embargo el estudio se centra en el escenario tres que es como el ocurrido en 1877 y es el más probable que suceda.

Sobre el volumen de los lahares, en el estudio se explica que hay 9 lenguas del glaciar que pertenecen a la zona sur y se conducen hacia los ríos, serían 60,24 millones de metros cúbicos de hielo, la mitad de lo que fue en la erupción de 1877, con 120 millones de metros cúbicos del lahar primario. Esto, según Hidalgo, por la retracción fuerte del glaciar en estos últimos 30 años.

Asimismo destacó que sobre los hidrogramas de ingreso, el caudal del lahar primario varía a su paso y va en incremento en los 10 primeros minutos y en los 20 minutos siguientes el tránsito desciende.

El fluido es espeso, a manera de ejemplo, se comparó con el hormigón de las mezcladoras , del 70 al 90% es material sólido.

Aquí se destacó que la construcción de puentes y edificaciones en general, a diferencia de lo que sucedió en la última erupción, constituyen un factor de resistencia para que el flujo siga su camino.

También se analiza las zonas de inundación, donde los cauces no son profundos los lahares se desbordan, especialmente en las zonas planas, como es el caso de Mulaló.

Resultados

Entre los resultados, el estudio determina que la zonas cercanas al río Cutuchi están en alto riesgo, en los puentes de la ciudad hasta el de la Galo Torres, los lahares superan al puente con 4, 6 y hasta 7 metros de altura. El sector de la escuela Club Rotario es afectado. El Monasterio en Tiobamba no sufre ninguna afectación y en el puente del río Illuchi el lahar no alcanza el puente, la entrada a Belisario Quevedo tampoco registra afectación de lahares.

Frente a este estudio, Rafaela Holguín concejala de Latacunga y miembro de la Comisión de Obras Públicas y Uso de Suelo, manifestó que con todos estos parámetros esperan poder establecer las tres zonas de amenaza: alta, media y baja. Y determinar la normativa para la construcción y los asentamientos humanos.

“En zonas de alta amenaza no se pueden permitir los asentamientos humanos, pero en zonas de mediana y baja, sí. Aunque en la alta sí habrá la posibilidad de uso se suelo para el sector comercial e industrial, no puede quedar muerta como se estableció en la Ordenanza aprobada en primer debate”, dijo.

En las zonas de alta amenaza hay la posibilidad de una reubicación a largo plazo, en la zona de mediana sí se puede construir pero no condensar, es decir se puede permitir viviendas unifamiliares, no multifamiliares, acotó Holguín.

De su parte, Luis Chasi, presidente de la ciudadela Nueva Vida, manifestó que frente a este estudio y al ser concientes de que están ubicados en una zona de alto riesgo y vulnerabilidad, lo que demandan son obras de mitigación, que sí son posibles de realizar.

Además consideran necesario que a este estudio se sume uno de vulnerabilidad para determinar las zonas de riesgo porque todavía no están delimitadas. (VHG)