Presunto suicidio en la cárcel de El Inca causa conmoción

PREOCUPACIÓN. Los familiares de los internos temían que se suspendan las visitas a causa de la emergencia que se presentó.
PREOCUPACIÓN. Los familiares de los internos temían que se suspendan las visitas a causa de la emergencia que se presentó.

Se desconocen las causas de la muerte del interno. Familiares de otros detenidos cuentan cómo es el centro.

Con un operativo especial se ingresó en la mañana de ayer al pabellón La Tola del Centro de Detención Provisional de El Inca, en el norte de Quito. Allí se procedió al levantamiento del cuerpo sin vida de Pablo Arias Chávez. Según el parte policial se lo encontró a las 05:55, “semisuspendido de una cuerda”.

La muerte del recluso causó conmoción tanto a nivel interno como en los exteriores de la cárcel con las familias que madrugan para visitar a los detenidos. Se rumoró que las visitas se suspenderían a consecuencia de lo ocurrido, pero luego con un poco de retraso se les permitió ingresar.

El pabellón La Tola es identificado como uno los más conflictivos, lo reconocen las autoridades en el mismo parte policial. Los familiares de los detenidos en los exteriores del centro lo confirman. Lo mismo opinan de los pabellones denominados Quito Tenis y Ceibos.

Ricardo Camacho, subsecretario de Rehabilitación Social del Ministerio de Justicia, indicó que se investigará lo sucedido con el joven, quien ingresó hace dos meses. Dijo que se tiene que aclarar cómo obtuvo la cuerda, cómo se trasladó hasta el baño y otros detalles.

Malestar
Sin revelar sus nombres, los familiares de los internos denuncian que no hay rehabilitación de los presos en este sitio, que hay celdas con tres y cuatro detenidos, pero otras que tienen hasta 10. “Al que viola en la calle aquí adentro lo violan”, comentaron.

Ellos declaran que para permanecer al interior de la cárcel, los ahora detenidos tendrían que pagar por la estadía y también por su seguridad. Señalaron que se les abre una cuenta para que depositen primero 60 dólares y luego, dependiendo del pabellón, hasta 12 dólares semanales.

También denunciaron que al interior de las celdas, los detenidos son víctimas de agresiones, que les amenazan y que tienen que pagar para que les dejen tranquilos. “La semana pasada ya hubo una alerta de amotinamiento”, agregaron.

Los familiares relatan que para ingresar tienen que hacerlo con sandalias, si no llevan, en los exteriores hay personal que los alquila por un dólar. Al interior requisan a hombres y mujeres, y está prohibido las prendas de vestir negras.

Son dos horas de visita las que tienen los internos, pero hasta que se cumplan los protocolos de seguridad pasan alrededor de 30 minutos. Ellos reciben a sus familiares en una especie de patio y no pueden ingresar alimentos.

Camacho confirmó que hay un hacinamiento en esta cárcel, por lo que, para finales de enero se tiene previsto trasladar a alrededor de 200 presos por apremio a Conocoto. También hay un proyecto para reducir el número de internos del CDP a un promedio de 800. (PSD)