Presunta estafadora era la quinta en la lista de los más buscados de Pichincha

ARRESTO. Agentes de la Policía Judicial durante el arresto de Irina R.
ARRESTO. Agentes de la Policía Judicial durante el arresto de Irina R.

Sobre la mujer pesaban órdenes de captura por estafa y asociación ilícita.

Al menos 100 personas fueron perjudicadas por una mujer que tiene a su haber cinco órdenes de captura vigentes. Su alto grado de peligrosidad hizo que ocupara el quinto lugar en la lista de los más buscados en Pichincha.

El Bloque de Búsqueda de la Policía Judicial (PJ) seguía los pasos de Irina R. desde 2015, cuando empezaron las diligencias judiciales para atraparla.

La mujer de 41 años cambiaba frecuentemente de domicilio para despistar a las autoridades, pero sus andanzas terminaron el último miércoles con su arresto.

Según las investigaciones hechas por los agentes de la PJ, el centro de operaciones de la fémina era la parroquia de Tumbaco, situada al nororiente de Quito.

Las cinco órdenes de captura que pesaban sobre la mujer eran por los delitos de estafa, abuso de confianza y asociación ilícita. Pese al centenar de personas que aparentemente fueron perjudicadas por la hoy procesada, en la Fiscalía reposan solo 15 denuncias formales en su contra.

Aunque las causas son suficientes para que se inicie una acción penal en contra de Irina R., las autoridades instan a los ciudadanos a perder el miedo para que acudan a formalizar el perjuicio. La mujer habría tenido intimidadas a sus víctimas para que no iniciaran ninguna acción penal en su contra.

¿Cómo operaba?
Según los relatos que los perjudicados dieron cuando pusieron la denuncia, la mujer utilizaba la fachada de una empresa de alquiler de carros, ofreciendo servicios de transporte para ejecutivos de empresas petroleras y de turismo.

EL DATO
Las estafas se gestaron entre 2012 y 2014.Ella habría captado los vehículos en redes sociales. Les ofrecía a los perjudicados réditos económicos a cambio de que le entregaran los automotores para ponerlos a trabajar, pero todo era una coartada.

Según las investigaciones, la ahora detenida pedía a los dueños de los automotores documentos de propiedad diciéndoles que es uno de los requisitos para formar parte de su empresa. Ella falsificaba papeles de traspaso de dominio y luego vendía los vehículos a compradores de buena fe.

La Policía reveló que estas actividades ilícitas se gestaban principalmente en Quito y Guayaquil, sin embargo, no se descarta que también haya perjudicado a ciudadanos en otras ciudades del país. (FLC)