El fenómeno de la migración interna crea problemas

Realidad. Varias familias han debido cambiar su vida en la ciudad.
Realidad. Varias familias han debido cambiar su vida en la ciudad.

Falta de agua, afecciones de salud y hacinamiento son varias de las problemáticas.

Flor Chicaiza, vive desde hace un año en Latacunga, llegó desde la comunidad de Maca en Pujilí en busca de empleo y una mejor vida para sus hijos, sin embargo, aún no logra acostumbrarse a la vida en la ciudad, pues los problemas que tenía aumentaron y el empleo varia constantemente.

Flor tiene 22 años y ya tiene tres hijos el mayor de cuatro años el segundo de dos y el tercero de un año, asegura que en el campo es normal tener una familia grande, “no hay trabajo, mi marido estaba en una bloquera pero ya se quedó sin trabajo”.

Ante esta realidad Flor vende en la feria productos como papel Higiénico, pasta dental y otros artículos para el hogar mientras que su marido busca empleo en la construcción todos los días lunes en la plazoleta de El Salto.

Al igual que Flor y su familia son decenas de casos que han debido migrar a la ciudad desde el campo dejando atrás sus costumbres y tierras, lo que también genera otras problemáticas en la zona urbana.

Celinda Valdías, presidenta del banco comunal Santa Rosa de Pichul y moradora, comentó que el sector ha presentado varios problemas debido a la migración en su barrio al igual que Loma Grande los han recibido a decenas de personas en los últimos años por lo que la población ha incrementado el doble y se tiene cerca de seis mil habitantes.

En este sector han existido problemas de abastecimiento de agua y muchas casas aún tiene agua entubada, por lo que Valdías manifiesta que hay enfermedades gastrointestinales y respiratorias con frecuencia.

“En un pequeño departamento viven más de siete personas y esto hace que se generen otro tipo de problemáticas como las riñas, la insalubridad y las enfermedades”, agregó Valdías.

Pero según los moradores la principal problemática es la falta de agua ya que el sistema no es suficiente para el número de personas que viven en la localidad, “casi el 50% de los hogares no tienen agua potable y es algo que hemos pedido desde hace varios años”.

Cesar Robalino, director del centro de salud de Loma Grande, comentó que en el centro se registra un alto número de pacientes con enfermedades respiratorias por el polvo de las vías y casos de parasitosis , por lo que se mantienen campañas de desparasitación en los centros educativos y dentro del centro de salud.

Robalino destacó que hay un alto numero de personas que han migrado a la ciudad en el sector de Calvario Mirador y Loma Grande, por lo que en estos puntos es donde se realizan campañas de salud puerta a puerta.

Según Carlos Porras, morador del sector, lo importante en los problemas de la migración es que la comunidad los ayude a superar sus dificultados y los cambios de costumbres, “hay mucha gente que llega y no entiende la forma de vivir en la ciudad y es por ello que hay que orientarlos sobre la salud, la alimentación y las normas de convivencia”.

Problemas del agua

Respecto a las problemáticas que tiene el sector en cuanto al consumo de agua entubada, Olmedo Iza, coordinador provincial de la Secretaría Nacional de Agua (Senagua), comunicó que el agua de consumo es un derecho humano, por lo que todos deben tener acceso a agua de buena calidad, suficiente y permanente, “en este sector en promedio se tiene agua tres días a la semana”.

Por ello comentó que esto se debe a que los sistemas son pequeños o en base a la perforación de pozos profundos y con el incremento de la población por migración sufren un déficit.

Desde la Senagua se planeta la construcción de un sistema grande y un sondeo de más fuentes de agua para el sector, sin embargo para esto se requiere la participación de los gobiernos autónomos, “nosotros ya enviamos algunos proyectos para que la Senagua apruebe y conceda recursos, pero hace falta que los gobiernos municipales se interesen por este tema”.

En el país más del 50% de las comunidades consume agua entubada lo que le cuesta al estado cerca de 300 millones de dólares anuales en salud.

Juan Santo, presidente del barrio San José de Pichul, comentó que ante esto, ya se envió una muestra del agua a varios laboratorios en Riobamba y Ambato en donde se determinó que el agua no es apta para el consumo humano por tener muchos minerales pesados, “cuando se hierve queda un sedimento en las partes bajas de la olla”.

Por ello los moradores piden que se cumpla una verificación del estado de este barrio que tienen varias necesidades y recibe a familias de varios lugares que ya no viven en las condiciones apropiadas y requieren atención. (NA)