Que se rompa pero que no se doble

EDUARDO VARGAS SALAZAR

Estimado lector, si usted tuvo la gentileza de leer mi opinión la semana pasada, de seguro su voz interna determinará que este primerizo ensayista simplemente se queja, sin embargo, supongo que es válido, puesto que si no nos quejamos se supondría que todo está yendo de maravilla o existe miedo y por eso no decimos nada, pero sigo pensando que lo que sucede es el quemeimportismo de todos los latacungueños, por ello me permito sugerir lo siguiente.

Se debe volver a realizar las famosas mingas, esas que se olvidaron y que eran divertidas, por el solo hecho que se conocía mejor a la gente con la que se colinda, incluso hasta se aprende de los demás, como por ejemplo la interacción con gente que según nosotros pensamos que son ajenos, y resulta que no lo son del todo, de esta manera inclusive ayudamos al cabildo municipal en temas de seguridad, aseo, y sociabilización barrial, evitando asi el desgaste de sus autoridades en estos temas, porque de seguro tienen mucho que pensar.

Por otro lado, el sector rural del cantón Latacunga y la provincia toda, es un potencial económico del centro del país en cuanto a la agricultura y ganadería se refiere, por ello la respuesta a la pregunta que nos planteamos la semana pasada ¿Latacunga podrá ser próspera alguna vez? sin duda alguna un rotundo Sí, siempre y cuando, nosotros los dueños de esta tierra seamos vigilantes activos y determinantes con nuestros propios espacios y salgamos de esa pesadumbres que tenemos, en especial cuando se trata de un asunto oficial que tenga que ver la provincia y el cantón. Parafraseando a Joshep Stalin “No importa quien vota, sino quien cuenta los votos”.