Día Mundial del Agua

LUIS REINOSO GARZON

Parece paradójico cuando casi siempre estamos clamando por agua, que ha escaseado últimamente, pero ahora se presentan lluvias torrenciales todos los días que cae en suelo sin protección vegetal y corre desde las alturas hacia abajo dañando todo lo que encuentre a su paso, produciendo destrucción y muerte.

Este fenómeno debido probablemente a una perturbación mundial, causado por los mismos seres humanos que condujeron al cambio climático del planeta. Sin embargo, se tienen datos estadístico alarmantes sobre la escasez de agua y el mal uso.

Más del 80% de las aguas residuales que generamos vuelven a los ecosistemas sin ser tratada ni reciclada; 1.800 millones de personas usan una fuente de agua contaminada con materia fecal, poniéndoles en riesgo de contraer enfermedades como: el cólera, disentería, tifoidea, poliomielitis.
El agua no potable, la falta de higiene, causa alrededor de 842.000 muertes al año.

Ante esta situación alarmante, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en 1992, dispuso que el 22 de marzo de cada año sea declarado Día Mundial del Agua, como un medio de llamar la atención sobre la importancia del agua dulce; se invitó entonces a los diferentes Estados a consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la celebración de actividades concretas como el fomento de la conciencia pública a través de la producción y difusión de documentales, organización de conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos.

En nuestro país disponemos de agua suficiente, pero no manejamos adecuadamente este recurso, no reutilizamos el agua que malgastamos en nuestras casas, ciudades, industrias y agricultura y que fluye de vuelta a la naturaleza, contaminando el ambiente.