Los moradores solicitan que se resuelvan los problemas del agua y la inseguridad.
Redacción PUJILÍ
El barrio El Tejar es uno de los más importantes de La Victoria, pues aquí nace la alfarería que es una de las fuentes de ingreso más grande que tiene la parroquia, sin embargo aún hay varias necesidades que los moradores esperan puedan suplirse con la nueva administración municipal
Jimena Chipe, moradora, explicó que en este sector se requiere una mejora en la dotación de agua pues no llega todos los días y en ocasiones se demora de dos a tres días la escases.
Dijo que por ser un sector alto entienden que no exista presión; sin embargo ya han solicitado varias veces que se solucione este tema y que en caso de que no vaya a existir el liquido vital se envíen tanqueros.
“Hemos logrado que la última administración municipal nos ayude con obras como la vía que conecta El Tejar con El Calvario, pero hace falta que se nos ayuden con más seguridad”.
Respecto a este último tema Bolívar Manosalvas, morador del sector, comunicó que hace falta más presencia de policías que patrullen en las noches y los fines de semana. “Últimamente vienen jóvenes desde la ciudad, se instalan en las calles y se dedican a beber y es un peligro para la gente que vive aquí sin problemas”.
Añadió que últimamente han existido casos de abigeato, es decir robo de ganado “lo que no es controlado por nadie y esto perjudica seriamente a los moradores”.
Manosalvas pidió a los candidatos a la prefectura, gobierno municipal y parroquial que resultaron electos, que cumplan las propuestas que hicieron previo a las elecciones, “así es siempre, primero vienen todos los días y cuando se acaba las elección no regresan nunca más”.
Escuelas rurales
Desde el 2008 al 2014 solo en Pujilí se cerraron 27 escuelas en el sector rural y una de estas fue la escuela fiscal Carchi, la que se ubica en el barrio El Tejar de la parroquia La Victoria, la que albergaba a cerca de 15 niños de la comunidad que podían estudiar tranquilos al estar cerca de sus padres.
Ahora la mayoría de niños deben bajar al centro parroquial para estudiar o dirigirse a los colegios de Pujilí lo que implica pago del pasaje, cambios en la cultura, bullying y separación de la familia.
“Mis dos hijos antes iban a esa escuela y con el cambio debieron pasar al colegio Técnico Pujilí ”, comentó Chipe.
Destacó que este cambio era necesario ya que sus hijos debían pasar al colegio, sin embrago lamentó que varios niños muy pequeños deben viajar kilómetros porque se cerró la escuela, “esto debería funcionar como una escuela de educación inicial y así no habrían tantos conflictos”.
Por ello varios padres de familia se han organizado para solicitar la reapertura en la escuela, “estamos haciendo los trámites para contribuir en esta causa”.
Patricio Rivera, director zonal de educación, comentó que para el proceso de habilitación de las escuelas se debe hacer un trabajo planificado para analizar las instituciones que cumplan con las características pues en algunas comunidades ya no hay la necesidad de volver a abrirlas, “hay que hacer un trabajo coordinado con la propia comunidad”.
Rivera admitió que a nivel nacional hay limitaciones económicas, sin embargo, se destinará un contingente económico para esto y también se permitirá la contribución de los padres de familia y los gobiernos autónomos descentralizados para las mejoras.
El director zonal aseguró que se tomarán en cuenta los casos especiales en los que los padres encuentran dificultades al enviar a sus niños a zonas muy alejadas de su casa y se tenga un numero de niños que represente la apertura de la escuela. (NA)