Patricio Pron: Las nuevas caras del amor y el romance

El premio Alfaguara 2019 visitó la capital como parte de la gira de presentación de ‘Mañana tendremos otros nombres’.

Patricio Pron se despide del periodista con quien acaba de terminar una entrevista y se acerca hacia donde lo espero. Luego de nuestra charla, irá a la Librería Española para la presentación de ‘Mañana tendremos otros nombres’, novela con la cual alcanzó el premio Alfaguara 2019. Solo hace un día, estaba en Bogotá en calidad de uno de los invitados de honor de la FilBo.

Aún antes de que lo diga, resulta evidente que Pron no disfruta ser el centro de atención. Su atuendo parece intencionalmente escogido para no destacar entre la multitud: leva y pantalón gris, buzo negro y un par de converse que derrumban el simulacro de formalidad.

Contestar las mismas preguntas, posar ante la cámara y hablar para grandes grupos de desconocidos se ha convertido en su nueva rutina, alejándolo de la actividad esencial que debería cumplir todo escritor: escribir.

“Diría que es la condición necesaria para convertirse en escritor, la capacidad y el deseo de observar más que de ser observado”, comenta. Con el Alfaguara, los papeles se invierten. “Es una gran noticia, pero son situaciones en las cuales uno es más observado que observador. En ese sentido, me siento un poco fuera de lugar”.

Ahora bien, sentirse ‘fuera de lugar’ es un buen punto de partida para escribir novelas como ‘Mañana tendremos otros nombres’, que “parte de más preguntas que de certezas” y aborda ciertos aspectos de la contemporaneidad que todavía despiertan perplejidad o incomodidad.

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¿Qué sentido tiene seguir escribiendo ficción, sobre todo, un tipo de ficción que no te saca de la realidad, sino que, más bien, te la refleja en todo su absurdo?
La ficción tiene la capacidad de interrogar a la realidad, de dar cuenta del mundo en que vivimos, generando efectos más duraderos que los que produce la literatura de no ficción. La literatura de no ficción se articula en torno a una certeza de su autor, mientras que la ficción se articula en torno a preguntas que no corresponde al autor responder, sino a los lectores.

¿Que si vale la pena seguir escribiendo ficción, no podemos sino admitir que posiblemente no; al menos, no tiene sentido escribir un tipo de ficción que sea repetitiva, redundante, como el 90% de los libros que nos encontramos habitualmente. Quizás sí vale la pena escribirla, si es para que no se parezca a la literatura de ficción que estamos leyendo habitualmente?

AUTOR. Pron han alcanzado reconocimientos como el premio Juan Rulfo de Relato y el Premio Jaén de novela.
AUTOR. Pron han alcanzado reconocimientos como el premio Juan Rulfo de Relato y el Premio Jaén de novela.

Construyes el personaje de Ella alrededor del tema de la desigualdad de género. ¿Qué opinas sobre la tendencia de intentar vetar obras de la literatura clásica que modelaron el ideal femenino que hoy se intenta deconstruir?
Las luchas que las mujeres han abanderado los últimos años son muy necesarias, no solamente porque suponen la recuperación de la soberanía sobre sus cuerpos y sus vidas, sino por la posibilidad de un nuevo régimen de los afectos que sea más justo.

EL DATO
Antes de conocer la identidad del autor, el jurado del premio Alfaguara no pudo determinar si la obra fue escrita por un hombre o una mujer. En el marco de los feminismos, yo me adhiero a ciertas tendencias que no son restrictivas o prohibicionistas. Que, en lugar de retrotraernos a un estado infantil de nuestra formación, en el cual deberíamos tener personas que nos digan qué textos leer y qué no, aspiran a que seamos lo suficientemente adultos para saber qué es lo que queremos leer y cómo lo queremos leer.

Toda transición de un régimen moral a otro distinto, como la que afortunadamente se está produciendo en este momento, está presidida por los malentendidos y los accidentes. Quizás, ese tipo de visiones restrictivas sean vistas en un futuro como un accidente, que se produjo en el tránsito de una moralidad a otra. Ese tránsito es el tema principal de ‘Mañana tendremos otros nombres’. Fue la necesidad de darle nuevos nombres a cosas como en consentimiento o la pareja, o los abusos que operan en la forma en que las mujeres participan de la sociedad, lo que me llevó a escribir esta novela.

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Pron sabe que las reacciones que ha suscitado la oleada feminista no son asunto que competa solo a sociólogos o politólogos, sino también a los escritores, en particular “a aquellos que intentamos habitar en el presente y estar emocional e intelectualmente vivos, que me parece ser lo mínimo a lo que un escritor puede aspirar”.

EL DATO
La obra ‘Mañana tendremos otros nombres’ está a la venta en la Librería Española. La novela no intenta dar enseñanzas de una ‘nueva moral’. Más bien, aborda las nuevas formas de establecer relaciones –entre personas del mismo sexo, entre más de dos personas, entre parejas que no tienen como finalidad la procreación o el matrimonio- desde una perspectiva que invita al lector a plantearse preguntas y a generar diálogos que, en el mejor de los casos, pueden llevar a un cambio social positivo.

“Me sentiría muy feliz y orgulloso de que la novela propicie en Ecuador algunas conversaciones que aparentemente todavía están pendientes”, dice el autor.

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¿Qué descubriste al usar apps como Tinder para escribir la novela?
No fui muy lejos, debido a que cuando se producía un ‘match’ con una chica, le decía que no tenía interés en conocerla personalmente, sino más bien en saber cómo utilizaba la herramienta. Cuando yo decía esto la mayor parte me bloqueaba, me hacía ‘ghosting’ o me denunciaba. Lo que demuestra que, entre las muchas parafilias que Tinder propicia, hablar no está entre ellas.

Es evidente que a la mayor parte de las personas que utilizan estas apps no les están dando los resultados que deseaban. El hecho de que las herramientas de comunicación que disponemos no estén sirviendo para comunicarnos -ya que creo que la incomunicación es uno de los rasgos más salientes de nuestra época- hace pensar que la gente está utilizando las herramientas de este tipo por otra razón; esa es una de las cosas que se indaga en la novela.

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Pron sostiene el micrófono con firmeza y casi no levanta la mirada hacia la audiencia. Su voz es débil, pero sus respuestas no dejan de ser ingeniosas. Oscar Vela le pregunta qué fantasmas se han creado alrededor de la imagen que el mundo tiene de él como escritor.

“Más que prestar atención a lo que se dice de mí, trato de seguir mis propias intuiciones e ir a sitios donde otro escritor no ha ido antes”, responde. ‘Mañana tendremos otros nombres’ es su primera historia de amor y, como tal, aborda el tema desde donde no se había hablado antes, logrando una actualización que rompe con la línea, ya bastante anticuada, que le heredó el romanticismo a la novela contemporánea. (AA)

FRASE

No es un libro o un autor el que transforma la sociedad, sino la forma en que los lectores dialogan con el libro”. Patricio Pron, escritor