María Jacinta fue la primera en dar la noticia. En la entrada de la Fiscalía General levantó la denuncia impresa en la que consta la vez que permaneció en la cárcel ocho días, por una detención ilegal y las tantas veces que sus compañeras fueron arrastradas, golpeadas, violadas y asesinadas.
“Lo aceptaron”, gritó y alzó una banda en la que se leía ‘Coccinelle’, el nombre del colectivo del Frente de Tansfemeninas del que fue parte en los 80’ y que ahora ha vuelto a formarse para exigir justicia.
Las integrantes de la ‘Nueva Coccinelle’, y de grupos de activistas por los derechos de la comunidad Lgbti, celebraban ayer que la denuncia contra el Estado por graves violaciones a los Derechos Humanos había sido aceptada con los primeros 10 testimonios.
Reunión con autoridades
Pamela Chiriboga, asesora legal de Inredh, confirmó que, además de la recepción de los documentos, pudieron reunirse con una asesora de la fiscal general Diana Salazar, con el director de la Comisión de la Verdad, Diego Vejar, y con otros representantes.
Recalcó que esta es una puerta que se abre y que va a dar paso a más casos de represiones desde el gobierno de León Febres Cordero (1984-1988). Alejandro Baño, también de Inredh, explicó que el siguiente paso será que la Fiscalía “lleve a trámite” la denuncia para que se inicie una investigación procesal.
Jurídicamente, la medida hace referencia al delito de persecución y lesa humanidad. A pesar de que han pasado casi dos décadas, los delitos no prescribirían porque se trata de un ataque general y sistemático. En este caso, también se pide reparación integral para las víctimas.
“Ustedes policías hoy están resguardando el orden, pero sus compañeros de hace 30 años nos arrastraron por parques y calles”, dijo Purita Pelayo, también de Coccinelle. (PCV)