El uso de celular aún no convence

Uso. Los estudiantes ocupan el celular dentro y fuera de clases.
Uso. Los estudiantes ocupan el celular dentro y fuera de clases.

El uso del celular en el aula es un tema que aún mantiene un debate con opiniones a favor y en contra. Mientras algunos docentes coinciden en que el dispositivo es un instrumento que puede ayudar en clases; otros advierten que puede ser un distractor de las labores escolares y la atención.

En Ecuador desde 2014 el Ministerio de Educación reguló el uso de teléfonos celulares en las instituciones educativas con el objetivo de fomentar el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

Desde entonces, la presencia del celular está cada vez más latente, especialmente en los planteles educativos públicos donde se los utiliza para ciertas asignaturas, con el seguimiento del maestro. En cambio, en la educación privada se regula y controla más el uso de estos dispositivos, de acuerdo a las normas internas de las instituciones.

En la unidad educativa Sagrado Corazón de Jesús, por ejemplo, los docentes no permiten el uso del teléfono dentro de las horas de clase, solo lo pueden hacer en el recreo o en caso de una emergencia.

“Su uso está abierto cuando previamente se ha planificado una actividad y el rector y coordinador del área conocen la temática”, explica Doris Vega, docente de la entidad, quien anota que en pruebas y clases magistrales no se permite el uso de estos dispositivos y si los estudiantes lo usan pueden retirarlo y sus padres deben venir a buscarlo.

Gloria Vega, docente de Matemáticas, cree que es conveniente aprovechar la amigabilidad del dispositivo, tanto para los alumnos como para los profesores. “Todos tenemos un celular en el bolsillo”, recalca la experta, al añadir que existen muchas aplicaciones de uso educativo, gratuitas, que podrían utilizarse para enseñar mejor.

Sin embargo hay muchos maestros que opinan que el celular no permite la concentración de los estudiantes ya que lo usan para enviar mensajes, revisar redes sociales o jugar, lo que no puede ser controlado del todo por los maestros.

“Es muy difícil saber qué es lo que están haciendo en el celular y cuando se busca avanzar en la clase ellos terminan quedando enganchados al dispositivo”, comentó Patricio Cocha, docente del colegio Primero de Abril.

Comentó que la mayoría de profesores prefieren que los mantengan guardados o que los encarguen ya que esto genera que los estudiantes se concentren y no existan mayores problemas, “cuando se requiere de la tecnología se puede acudir a los laboratorios de computación”.

Paúl Chávez, estudiante del colegio Primero de Abril, admitió que los celulares sí son un distractor dentro del aula, “es mejor dejarlos encargados con el maestro y en caso de recibir una llamada de emergencia o necesitarlo lo usamos, pero así no nos distraemos”.

Cocha indicó que el celular incluso fomenta la pereza en los estudiantes pues algunos han sido sorprendidos grabando las clases para no copiar y muchos prefieren tomar una fotografía del pizarrón para luego pasar materia en su casa, “los estudiantes deben aprender a esforzarse y a desarrollar todas estas habilidades dentro del aula, sino en la universidad les va as ser muy difícil concentrarse”.

Además, asegura que ha notado que el uso de los teléfonos en los recreos ha disminuido la interacción de los niños y jóvenes pues ahora prefieren estar cada uno en su dispositivo en lugar de practicar algún deporte, o conversar con sus compañeros.

Según el acuerdo ministerial que se emitió en 2014, se dispone que el uso de celulares será exclusivamente para estudiantes de la secundaria. Además, el uso no autorizado de dispositivos electrónicos en el aula constituye una falta leve y su reincidencia será sancionada como falta grave, según los artículos de la Ley Orgánica de Educación Intercultural. (NA)