El orgullo de dar forma a los danzantes

TRADICIÓN. Germán Olmos entrega el danzante de oro de este año.
TRADICIÓN. Germán Olmos entrega el danzante de oro de este año.

En un taller lleno de color y figuras de todos los tamaños, Arturo Germán Olmos ha creado sus mejores obras y no es la primera vez que le solicitan la elaboración del Danzante de Oro que se entregará a la comparsa destacada en el desfile del Corpus Christi.

Olmos un Pujilense que ama a su tierra, tiene 58 años y se ha dedicado desde que tiene memoria a la alfarería pues lo aprendió de su padre, quien recibió los conocimientos de su abuelo, “desde que tuve uso de razón empecé manipular la arcilla que es nuestra materia prima”.

Era común que Germán use sus pequeñas manos para formar figuras con la arcilla y pasé horas metido en el taller de su padre. Con los años y a pesar de ser Licenciado en Educación Básica no dejó esta actividad, el asegura que esta es su vocación “por tres años fui maestro pero volví a mi taller porque aquí es donde yo me siento feliz”.

Contribución

Al igual que Germán varios artesanos han tenido la tarea de elaborar los danzantes que son entregados al primer segundo y tercer lugar, lo que requiere paciencia y un conocimiento profundo sobre la fiesta.

“Es una manera de expresar al máximo nuestro potencial artístico y artesanal y poner a la muestra del público nuestro amor y gratitud a esta tierra que nos ha visto crecer”.

Detalles

El danzante que se entregará para esta fiesta es una pieza única elaborada completamente a mano, no tiene moldes y sus medidas son de 80 centímetros desde la base hasta su plumaje, “es una obra de arte que esta hecha para que se la lleve una de las mejores comparsas que participe”.

La pieza está valorada en aproximadamente 500 dólares y tiene apliques bañados en oro, espejos, joyas y distintos detalles que lo hacen único.

Para Olmos el danzante es uno de los personajes más importantes de la cultura andina y según sus investigaciones tiene tres significados, el primero es que es un sacerdote de la fiesta, también se dice que es un ángel por su color blanco y su capa a modo de alas, o también que representa a un esclavo que para librarse de su pena lleva este cargamento pesado, “pero sin lugar a duda es una pieza muy representativa y misteriosa del arte popular, la cultura y el folklor”.

Elaboración

La creación del danzante tarda aproximadamente un mes porque requiere de varios pasos; primero se elije la arcilla más fina para que sea maleable y no propensa a agrietarse, después sigue el tallado que es lo que más tarda hasta dar todos los rasgos, luego el secado, la quemada en el horno y un baño de color para empezar a pintar las partes que se requiere.

“Además de ser un personaje de arcilla lleva cientos de elementos al igual que el danzante original”, y en este aspecto Germán no descuida nada pues cada encaje, cinta, rasgo y espejo luce correctamente en la pieza. “A la edad que tengo en mi cerebro no se ha borrado nada sobre este personaje y lo tengo intacto como si fuera un disco duro”.

Asegura que al realizar esta figura no se debe cambiar nada pues se altera la cultura, “se debe ser cuidados para conservar la figura tal y como era desde el inicio”.

Falta de apoyo

Olmos lamenta que ninguna de sus tres hijas siga con esta tradición de la alfarería pues cada una ha escogido sus carreras y son profesionales, “Es una pena que no puedan seguir este trabajo pero las entiendo ya que de parte de las autoridades locales y nacionales no ha existido el interés para apoyar este arte que se va a ir perdiendo”.

Mientras sostiene y mira orgulloso su colorida creación Germán comenta que morirá siendo alfarero pues es lo que más ama, “si salgo de mi taller me sentiré como un pez fuera del agua”. (NA)