Réquiem para Argentina

Alejandro A. Tagliavini*

Los resultados de las elecciones primarias en Argentina sorprendieron. El “Frente de Todos” de Alberto Fernández, acompañado por Cristina Kirchner para vicepresidente, obtuvo el 47,7% de los votos, contra el 32,1% del oficialismo de Macri. Solo un milagro podría revertir este resultado en los comicios de octubre cuando un candidato, con solo el 45% de los votos, será proclamado presidente.

Con el resultado se produjo un histórico lunes negro. La Bolsa de Buenos Aires cayó 32% en un solo día, medida en dólares la caída fue de 48% ,el segundo récord mundial de los últimos 70 años. Los bonos de la deuda del país bajaron 60%, lo mismo que las acciones argentinas que cotizan en Nueva York.

Los CDS (credit default swap) se dispararon 100% y arrojan un 75% de probabilidades de quiebra en Argentina en cinco años. El riesgo país subió 80%, el peso se devaluó 35% y el gobierno, con la intención de frenar la devaluación, subió la tasa de referencia al astronómico 74%.

Los argentinos se empobrecieron un 30%, en promedio, en un solo día. Aunque luego los mercados se tranquilizaron, el problema de fondo continúa. ¿Quién tiene la culpa? ¿Es el susto por la vuelta del populismo kirchnerista o Macri que deja la economía en pésimas condiciones?

Otro de los problemas de Argentina es que los operadores bursátiles y financieros y los economistas mediáticos son mediocres y le hicieron creer al público que la economía venía bien con Macri ya que, entre otras cosas, tenía el apoyo del FMI. Ayudaron a inflar una burbuja que estalló, la economía viene muy mal.

Macri, a pesar de su discurso engañoso y del apoyo de economistas falsamente “pro mercado”, sistemáticamente aumentó el peso del Estado asfixiando al sector privado hasta límites inauditos: inflación del 50% anual, tasas de interés del 70% y una carga impositiva insostenible. El keynesiano FMI ayudó, con más de US$ 50.000 millones, a financiar la debacle.

Por su discurso e historia contrarios al mercado, el kirchnerismo asusta, pero la burbuja que estalló – armada por asesores irresponsables- dejó en evidencia la gravedad de la situación económica. Macri pasará a la historia no solo por empobrecer al país con sus políticas anticapitalistas, sino por haber perdido la oportunidad de sacar al país del populismo.

Argentina pues, objetivamente, no tiene futuro, nos queda rezar para que el nuevo gobierno respete un poco más al mercado de lo que hizo Macri y, por cierto, agradecer que el sentido de la vida -y la felicidad- no pasa por lo material.

*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California. @alextagliavini