El planeta en llamas

LUIS REINOSO GARZON

Que enorme decepción nos causa la indiferencia de millones de personas al ver a nuestro planeta envuelto en llamas no por incendios accidentales sino deliberados, por intereses particulares y de grandes empresas que quieren mantener hegemonías comerciales, sin importarles que los ecosistemas son parte de la vida. En este momento no hay un punto en la tierra que no se encuentren sufriendo la voracidad de los incendios que perturban las actividades de todos los seres que habitamos el planeta incluyendo la parte atmosférica en donde se producen cambios que alterarán los procesos climáticos.

Hablando del incendio en la Amazonía, hemos perdido inmensas extensiones de vida silvestre que cumplen funciones vitales para la humanidad; hemos visto la desesperación de los pueblos originarios que lloran la destrucción de la floresta de la que son parte; rechazamos la expulsión de las personas que viven en la selva, seguido por el desmonte y la quema, que son partes de un proceso de destrucción que sigue etapas lógicamente vinculadas, que avanzan hacia un punto sin retorno; que no podrá ser restituido por la acción valiente de los ambientalistas, los pueblos originarios, tampoco por los gobiernos. En cualquier parte del planeta el bosque transpira sustancias que actúan como aglutinantes de moléculas de vapor resultantes de la evaporación del agua del mar, permitiendo la lluvia; este proceso de aglutinamiento es tan extraordinario que las nubes producidas por el bosque corren hacia todas partes según la dirección del viento.

Nuestro país no está exento de los incendios, ya hemos perdido la mayor parte de los páramos, necesitan ser cuidadas con un manejo técnico de la agricultura, del agua, del suelo de manera específica, con un proceso educativo estricto en el tema ambiental.