Paro: Mucha tela por cortar

Paulina Coronel Páez

Finalizó el paro nacional. No voy a analizar las ganancias y las pérdidas. Si me voy a detener en tres aspectos, que me parecen igual de importantes.

Ataques a la Prensa. Los periodistas y medios de comunicación estuvieron en el ojo de la tormenta. Seguramente porque las redes sociales pasaron a ser las protagonistas, y entonces la ciudadanía, es la que se apropia de la información, y todo aquello que vaya en contra de su pensamiento, está mal.

Lo cual me parece muy grave, porque se pone en juego la credibilidad de la información; y justo para eso estamos los periodistas y los medios para recoger la materia prima, procesarla y poner al aire una información equilibrada en la que todas las partes se expresen. Pero, resulta que no. Ahora se confunde ese rol. Y entonces la prensa está vendida o es corrupta.

Se violentaron todos los derechos: humanos, civiles, sociales, productivos. Los bandos enfrentados, porque no había solo dos optaron por el camino de la agresión, represión y violencia. La Fuerza Pública reprimió, los indígenas coartaron las libertades de quienes decidieron no paralizar, los intereses políticos quisieron acabar con el Gobierno, los vecinos afectar a sus iguales, los delincuentes, saquear y en las redes sociales, todos contra todos.

Y finalmente sentí una falta de liderazgo a todos los niveles. Empezando por el Gobierno, luego, los dirigentes de la paralización, quienes no pudieron con sus bases; cada comunidad, cada barrio, que no participó de las marchas en Quito; decidieron o siguieron lo primero que les decían: boten la leche, ingresen a las fábricas, violenten la propiedad privada, bajen las llantas, secuestren al Alcalde, tómense las antenas de transmisión, cierren el agua potable.

Las autoridades locales no sabían a quién seguir u optaron por apoyar a uno o a otro. Cuando se deben a toda la población. Los gobernadores, cero a la izquierda.

Cada sector tiene que evaluar y pensar que somos un solo Ecuador.

Paulina Coronel Páez

Finalizó el paro nacional. No voy a analizar las ganancias y las pérdidas. Si me voy a detener en tres aspectos, que me parecen igual de importantes.

Ataques a la Prensa. Los periodistas y medios de comunicación estuvieron en el ojo de la tormenta. Seguramente porque las redes sociales pasaron a ser las protagonistas, y entonces la ciudadanía, es la que se apropia de la información, y todo aquello que vaya en contra de su pensamiento, está mal.

Lo cual me parece muy grave, porque se pone en juego la credibilidad de la información; y justo para eso estamos los periodistas y los medios para recoger la materia prima, procesarla y poner al aire una información equilibrada en la que todas las partes se expresen. Pero, resulta que no. Ahora se confunde ese rol. Y entonces la prensa está vendida o es corrupta.

Se violentaron todos los derechos: humanos, civiles, sociales, productivos. Los bandos enfrentados, porque no había solo dos optaron por el camino de la agresión, represión y violencia. La Fuerza Pública reprimió, los indígenas coartaron las libertades de quienes decidieron no paralizar, los intereses políticos quisieron acabar con el Gobierno, los vecinos afectar a sus iguales, los delincuentes, saquear y en las redes sociales, todos contra todos.

Y finalmente sentí una falta de liderazgo a todos los niveles. Empezando por el Gobierno, luego, los dirigentes de la paralización, quienes no pudieron con sus bases; cada comunidad, cada barrio, que no participó de las marchas en Quito; decidieron o siguieron lo primero que les decían: boten la leche, ingresen a las fábricas, violenten la propiedad privada, bajen las llantas, secuestren al Alcalde, tómense las antenas de transmisión, cierren el agua potable.

Las autoridades locales no sabían a quién seguir u optaron por apoyar a uno o a otro. Cuando se deben a toda la población. Los gobernadores, cero a la izquierda.

Cada sector tiene que evaluar y pensar que somos un solo Ecuador.

Paulina Coronel Páez

Finalizó el paro nacional. No voy a analizar las ganancias y las pérdidas. Si me voy a detener en tres aspectos, que me parecen igual de importantes.

Ataques a la Prensa. Los periodistas y medios de comunicación estuvieron en el ojo de la tormenta. Seguramente porque las redes sociales pasaron a ser las protagonistas, y entonces la ciudadanía, es la que se apropia de la información, y todo aquello que vaya en contra de su pensamiento, está mal.

Lo cual me parece muy grave, porque se pone en juego la credibilidad de la información; y justo para eso estamos los periodistas y los medios para recoger la materia prima, procesarla y poner al aire una información equilibrada en la que todas las partes se expresen. Pero, resulta que no. Ahora se confunde ese rol. Y entonces la prensa está vendida o es corrupta.

Se violentaron todos los derechos: humanos, civiles, sociales, productivos. Los bandos enfrentados, porque no había solo dos optaron por el camino de la agresión, represión y violencia. La Fuerza Pública reprimió, los indígenas coartaron las libertades de quienes decidieron no paralizar, los intereses políticos quisieron acabar con el Gobierno, los vecinos afectar a sus iguales, los delincuentes, saquear y en las redes sociales, todos contra todos.

Y finalmente sentí una falta de liderazgo a todos los niveles. Empezando por el Gobierno, luego, los dirigentes de la paralización, quienes no pudieron con sus bases; cada comunidad, cada barrio, que no participó de las marchas en Quito; decidieron o siguieron lo primero que les decían: boten la leche, ingresen a las fábricas, violenten la propiedad privada, bajen las llantas, secuestren al Alcalde, tómense las antenas de transmisión, cierren el agua potable.

Las autoridades locales no sabían a quién seguir u optaron por apoyar a uno o a otro. Cuando se deben a toda la población. Los gobernadores, cero a la izquierda.

Cada sector tiene que evaluar y pensar que somos un solo Ecuador.

Paulina Coronel Páez

Finalizó el paro nacional. No voy a analizar las ganancias y las pérdidas. Si me voy a detener en tres aspectos, que me parecen igual de importantes.

Ataques a la Prensa. Los periodistas y medios de comunicación estuvieron en el ojo de la tormenta. Seguramente porque las redes sociales pasaron a ser las protagonistas, y entonces la ciudadanía, es la que se apropia de la información, y todo aquello que vaya en contra de su pensamiento, está mal.

Lo cual me parece muy grave, porque se pone en juego la credibilidad de la información; y justo para eso estamos los periodistas y los medios para recoger la materia prima, procesarla y poner al aire una información equilibrada en la que todas las partes se expresen. Pero, resulta que no. Ahora se confunde ese rol. Y entonces la prensa está vendida o es corrupta.

Se violentaron todos los derechos: humanos, civiles, sociales, productivos. Los bandos enfrentados, porque no había solo dos optaron por el camino de la agresión, represión y violencia. La Fuerza Pública reprimió, los indígenas coartaron las libertades de quienes decidieron no paralizar, los intereses políticos quisieron acabar con el Gobierno, los vecinos afectar a sus iguales, los delincuentes, saquear y en las redes sociales, todos contra todos.

Y finalmente sentí una falta de liderazgo a todos los niveles. Empezando por el Gobierno, luego, los dirigentes de la paralización, quienes no pudieron con sus bases; cada comunidad, cada barrio, que no participó de las marchas en Quito; decidieron o siguieron lo primero que les decían: boten la leche, ingresen a las fábricas, violenten la propiedad privada, bajen las llantas, secuestren al Alcalde, tómense las antenas de transmisión, cierren el agua potable.

Las autoridades locales no sabían a quién seguir u optaron por apoyar a uno o a otro. Cuando se deben a toda la población. Los gobernadores, cero a la izquierda.

Cada sector tiene que evaluar y pensar que somos un solo Ecuador.