Resistencia

“Es inmoral ser juez y parte” es la frase del cartel que mostraba Luis Eduardo Vivanco, editor general de Diario La Hora, antes de retirarse de la audiencia de sustanciación ante la Supercom ejerciendo su legítimo derecho a la resistencia.


El artículo 98 de nuestra Constitución garantiza a individuos y colectivos poder ejercer este derecho frente a acciones u omisiones del poder público o de las personas naturales o jurídicas no estatales que vulneren o puedan vulnerar sus derechos constitucionales.


La escena montada en esa sala de audiencias es absurda. Este proceso se compone de tres partes: juez, accionante y accionado. Cuando la Supercom actúa de oficio, como en este caso, este organismo termina siendo juez y parte. Contraviniendo el literal k del artículo 76 de nuestra Constitución y el artículo 8, numeral 1 de la Convención Americana sobre DD.HH que garantizan en todo proceso ser juzgado por un juez independiente, imparcial y competente.


Y para completar lo irrisorio de este pasaje, que termina siendo un burla para los que aún creemos en el derecho y la justicia, en la acción de protección negada a Diario La Hora, para intentar frenar este atropello al debido proceso, en la parte demandada estaban los abogados de la Supercom quienes, al día siguiente, deberían sentarse en sillas distintas. Uno como juez y los otros como la parte accionante del proceso administrativo por la negativa de Diario La Hora a publicar una réplica ordenada por la misma Supercom.


Lo dantesco de este caso es que un abogado, sin importar su filiación política, lugar de trabajo o situación jurídica en un proceso, justifique una escena como esta.


Lo inmoral e ilegal de ser juez y parte de un proceso no requiere gran análisis. Si una de las partes tiene un interés común al de quien va a decidir es obvio que no habrá verdadera justicia. Por lo tanto, expreso total apoyo a Diario La Hora, mi casa editorial, en su decisión de resistir en otro capítulo de persecución a los medios de comunicación independientes.