Segunda víctima de accidente en Calguasig

Angustia. Los familiares del ahora occiso lloraban su partida en las afueras del Centro Forense.
Angustia. Los familiares del ahora occiso lloraban su partida en las afueras del Centro Forense.
Angustia. Los familiares del ahora occiso lloraban su partida en las afueras del Centro Forense.
Angustia. Los familiares del ahora occiso lloraban su partida en las afueras del Centro Forense.
Angustia. Los familiares del ahora occiso lloraban su partida en las afueras del Centro Forense.
Angustia. Los familiares del ahora occiso lloraban su partida en las afueras del Centro Forense.
Angustia. Los familiares del ahora occiso lloraban su partida en las afueras del Centro Forense.
Angustia. Los familiares del ahora occiso lloraban su partida en las afueras del Centro Forense.

El dolor no deja de estar presentes entre los comuneros de Calhuasig en Quisapincha, pues luego del accidente ocurrido el pasado martes, cuando una camioneta se rodó por lo menos 300 metros dentro de la loma, la tragedia aún está latente.

Accidente

En el vehículo iban dos personas, el conductor y un acompañante a quien, según varias versiones, le estaba dando un aventón para que pueda llegar a su casa.

A la llegada de las autoridades en el lugar de los hechos solamente se encontraba Segundo Munza Silligana, quien iba tras el volante, pues Abel Zumbana Sisalema quedó mal herido en la mitad del descenso por lo que varios moradores del sector lo trasladaron en un vehículo particular hasta una casa de salud en Ambato.

El hecho se produjo la tarde del martes a alrededor de las 14:00 en Calhuasig Grande en Quisapincha.

Agonía

Abel de 72 años sufrió múltiples contusiones los que le permitieron tener unas horas más de vida para, comentaban sus allegados, ponerse a cuentas con “papito Dios” y entrada la noche del martes dejó de respirar.

Luego de ello su cuerpo, con la autorización del Fiscal de turno, fue trasladado por personal policial hasta el Centro Forense de Ambato en donde le realizaron la necropsia de ley.

Pasadas las 11:00 de ayer sus familiares se encontraban apostados en las afueras del Centro en donde entre llantos recordaban que Abel siempre fue un hombre dedicado a su familia y amigos, y que desde muy pequeño le enseñaron a labrar la tierra, trabajo que realizó hasta la mañana de su muerte.

“Siempre fue muy trabajador, jamás pensamos que íbamos a perderlo así, quisiera que esto sea un sueño y esperar que las cosas no sean así”, comentaba uno de sus sobrinos mientras hablaba por teléfono con otro de sus familiares a quien le contaba lo que había ocurrido.

Una vez salió el Centro Forense en caravana todos quienes lo acompañaron hasta el lugar lo trasladaron hasta su natal Calhuasig Grande para poder darle cristiana sepultura y despedirlo con todo el amor que se ganó como esposo, padre, abuelo, amigo y vecino. (NVP)

Trámite legal

En las afueras del Centro Forense de Ambato los familiares de Segundo Munza Silligana estaban esperando que las autoridades pertinentes le entreguen el cuerpo para poder llevarlo hasta Illagua Grande en donde le darán el último adiós.

El llanto de su esposa era incontenible, ella solo podía decir frases de angustia porque no sabía cómo iba a poder salir adelante sin Segundo a quien escogió como su compañero de vida y con quien todavía estaban criando a un pequeño niño.

Ahora espera que Dios lo tenga en su gloria y desde los cielos los siga cuidando como hizo hasta el martes cuando trabajando sufrió el fatídico accidente que le causó la muerte.

DATO

El vehículo siniestrado era una Toyota Hilux que Segundo Munza Silligana utilizaba para trabajar.

El dolor no deja de estar presentes entre los comuneros de Calhuasig en Quisapincha, pues luego del accidente ocurrido el pasado martes, cuando una camioneta se rodó por lo menos 300 metros dentro de la loma, la tragedia aún está latente.

Accidente

En el vehículo iban dos personas, el conductor y un acompañante a quien, según varias versiones, le estaba dando un aventón para que pueda llegar a su casa.

A la llegada de las autoridades en el lugar de los hechos solamente se encontraba Segundo Munza Silligana, quien iba tras el volante, pues Abel Zumbana Sisalema quedó mal herido en la mitad del descenso por lo que varios moradores del sector lo trasladaron en un vehículo particular hasta una casa de salud en Ambato.

El hecho se produjo la tarde del martes a alrededor de las 14:00 en Calhuasig Grande en Quisapincha.

Agonía

Abel de 72 años sufrió múltiples contusiones los que le permitieron tener unas horas más de vida para, comentaban sus allegados, ponerse a cuentas con “papito Dios” y entrada la noche del martes dejó de respirar.

Luego de ello su cuerpo, con la autorización del Fiscal de turno, fue trasladado por personal policial hasta el Centro Forense de Ambato en donde le realizaron la necropsia de ley.

Pasadas las 11:00 de ayer sus familiares se encontraban apostados en las afueras del Centro en donde entre llantos recordaban que Abel siempre fue un hombre dedicado a su familia y amigos, y que desde muy pequeño le enseñaron a labrar la tierra, trabajo que realizó hasta la mañana de su muerte.

“Siempre fue muy trabajador, jamás pensamos que íbamos a perderlo así, quisiera que esto sea un sueño y esperar que las cosas no sean así”, comentaba uno de sus sobrinos mientras hablaba por teléfono con otro de sus familiares a quien le contaba lo que había ocurrido.

Una vez salió el Centro Forense en caravana todos quienes lo acompañaron hasta el lugar lo trasladaron hasta su natal Calhuasig Grande para poder darle cristiana sepultura y despedirlo con todo el amor que se ganó como esposo, padre, abuelo, amigo y vecino. (NVP)

Trámite legal

En las afueras del Centro Forense de Ambato los familiares de Segundo Munza Silligana estaban esperando que las autoridades pertinentes le entreguen el cuerpo para poder llevarlo hasta Illagua Grande en donde le darán el último adiós.

El llanto de su esposa era incontenible, ella solo podía decir frases de angustia porque no sabía cómo iba a poder salir adelante sin Segundo a quien escogió como su compañero de vida y con quien todavía estaban criando a un pequeño niño.

Ahora espera que Dios lo tenga en su gloria y desde los cielos los siga cuidando como hizo hasta el martes cuando trabajando sufrió el fatídico accidente que le causó la muerte.

DATO

El vehículo siniestrado era una Toyota Hilux que Segundo Munza Silligana utilizaba para trabajar.

El dolor no deja de estar presentes entre los comuneros de Calhuasig en Quisapincha, pues luego del accidente ocurrido el pasado martes, cuando una camioneta se rodó por lo menos 300 metros dentro de la loma, la tragedia aún está latente.

Accidente

En el vehículo iban dos personas, el conductor y un acompañante a quien, según varias versiones, le estaba dando un aventón para que pueda llegar a su casa.

A la llegada de las autoridades en el lugar de los hechos solamente se encontraba Segundo Munza Silligana, quien iba tras el volante, pues Abel Zumbana Sisalema quedó mal herido en la mitad del descenso por lo que varios moradores del sector lo trasladaron en un vehículo particular hasta una casa de salud en Ambato.

El hecho se produjo la tarde del martes a alrededor de las 14:00 en Calhuasig Grande en Quisapincha.

Agonía

Abel de 72 años sufrió múltiples contusiones los que le permitieron tener unas horas más de vida para, comentaban sus allegados, ponerse a cuentas con “papito Dios” y entrada la noche del martes dejó de respirar.

Luego de ello su cuerpo, con la autorización del Fiscal de turno, fue trasladado por personal policial hasta el Centro Forense de Ambato en donde le realizaron la necropsia de ley.

Pasadas las 11:00 de ayer sus familiares se encontraban apostados en las afueras del Centro en donde entre llantos recordaban que Abel siempre fue un hombre dedicado a su familia y amigos, y que desde muy pequeño le enseñaron a labrar la tierra, trabajo que realizó hasta la mañana de su muerte.

“Siempre fue muy trabajador, jamás pensamos que íbamos a perderlo así, quisiera que esto sea un sueño y esperar que las cosas no sean así”, comentaba uno de sus sobrinos mientras hablaba por teléfono con otro de sus familiares a quien le contaba lo que había ocurrido.

Una vez salió el Centro Forense en caravana todos quienes lo acompañaron hasta el lugar lo trasladaron hasta su natal Calhuasig Grande para poder darle cristiana sepultura y despedirlo con todo el amor que se ganó como esposo, padre, abuelo, amigo y vecino. (NVP)

Trámite legal

En las afueras del Centro Forense de Ambato los familiares de Segundo Munza Silligana estaban esperando que las autoridades pertinentes le entreguen el cuerpo para poder llevarlo hasta Illagua Grande en donde le darán el último adiós.

El llanto de su esposa era incontenible, ella solo podía decir frases de angustia porque no sabía cómo iba a poder salir adelante sin Segundo a quien escogió como su compañero de vida y con quien todavía estaban criando a un pequeño niño.

Ahora espera que Dios lo tenga en su gloria y desde los cielos los siga cuidando como hizo hasta el martes cuando trabajando sufrió el fatídico accidente que le causó la muerte.

DATO

El vehículo siniestrado era una Toyota Hilux que Segundo Munza Silligana utilizaba para trabajar.

El dolor no deja de estar presentes entre los comuneros de Calhuasig en Quisapincha, pues luego del accidente ocurrido el pasado martes, cuando una camioneta se rodó por lo menos 300 metros dentro de la loma, la tragedia aún está latente.

Accidente

En el vehículo iban dos personas, el conductor y un acompañante a quien, según varias versiones, le estaba dando un aventón para que pueda llegar a su casa.

A la llegada de las autoridades en el lugar de los hechos solamente se encontraba Segundo Munza Silligana, quien iba tras el volante, pues Abel Zumbana Sisalema quedó mal herido en la mitad del descenso por lo que varios moradores del sector lo trasladaron en un vehículo particular hasta una casa de salud en Ambato.

El hecho se produjo la tarde del martes a alrededor de las 14:00 en Calhuasig Grande en Quisapincha.

Agonía

Abel de 72 años sufrió múltiples contusiones los que le permitieron tener unas horas más de vida para, comentaban sus allegados, ponerse a cuentas con “papito Dios” y entrada la noche del martes dejó de respirar.

Luego de ello su cuerpo, con la autorización del Fiscal de turno, fue trasladado por personal policial hasta el Centro Forense de Ambato en donde le realizaron la necropsia de ley.

Pasadas las 11:00 de ayer sus familiares se encontraban apostados en las afueras del Centro en donde entre llantos recordaban que Abel siempre fue un hombre dedicado a su familia y amigos, y que desde muy pequeño le enseñaron a labrar la tierra, trabajo que realizó hasta la mañana de su muerte.

“Siempre fue muy trabajador, jamás pensamos que íbamos a perderlo así, quisiera que esto sea un sueño y esperar que las cosas no sean así”, comentaba uno de sus sobrinos mientras hablaba por teléfono con otro de sus familiares a quien le contaba lo que había ocurrido.

Una vez salió el Centro Forense en caravana todos quienes lo acompañaron hasta el lugar lo trasladaron hasta su natal Calhuasig Grande para poder darle cristiana sepultura y despedirlo con todo el amor que se ganó como esposo, padre, abuelo, amigo y vecino. (NVP)

Trámite legal

En las afueras del Centro Forense de Ambato los familiares de Segundo Munza Silligana estaban esperando que las autoridades pertinentes le entreguen el cuerpo para poder llevarlo hasta Illagua Grande en donde le darán el último adiós.

El llanto de su esposa era incontenible, ella solo podía decir frases de angustia porque no sabía cómo iba a poder salir adelante sin Segundo a quien escogió como su compañero de vida y con quien todavía estaban criando a un pequeño niño.

Ahora espera que Dios lo tenga en su gloria y desde los cielos los siga cuidando como hizo hasta el martes cuando trabajando sufrió el fatídico accidente que le causó la muerte.

DATO

El vehículo siniestrado era una Toyota Hilux que Segundo Munza Silligana utilizaba para trabajar.