¿Los celulares son intrusos en las aulas?

Regulación. Los estudiantes deben guardar el teléfono en las horas que no los usan.
Regulación. Los estudiantes deben guardar el teléfono en las horas que no los usan.
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Regulación. Los estudiantes deben guardar el teléfono en las horas que no los usan.
Regulación. Los estudiantes deben guardar el teléfono en las horas que no los usan.
Regulación. Los estudiantes deben guardar el teléfono en las horas que no los usan.
Regulación. Los estudiantes deben guardar el teléfono en las horas que no los usan.
Regulación. Los estudiantes deben guardar el teléfono en las horas que no los usan.

En Ecuador desde 2014 el Ministerio de Educación reguló el uso de teléfonos celulares en las instituciones educativas con el objetivo de fomentar el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

Desde entonces, la presencia del celular está cada vez más latente, especialmente en los planteles educativos públicos donde se los utiliza para ciertas asignaturas, con el seguimiento del maestro. En cambio, en la educación privada se regula y controla más el uso de estos dispositivos, de acuerdo a las normas internas de las instituciones.

Víctor Olivo, director distrital de educación Latacunga, explicó que los celulares se pueden usar únicamente para aspectos pedagógicos y desde los tutores, inspectores y vicerrectores tienen la disposición de cuidar que esto se cumpla.

Cada vez es mayor el número de estudiantes que usan estos dispositivos en su diario vivir y con la autorización de sus padres.

Olivo destacó que en un aproximado de los 57.540 estudiantes del distrito, cerca de 5 mil llevan el celular a las aulas y en su mayoría son los estudiantes de secundaria y bachillerato.

En caso de que los estudiantes sean encontrados utilizando los teléfonos móviles en el aula para otros fines a través, el departamento del consejería estudiantil se lo decomisa, se llama al padre de familia para la entrega del dispositivo y se previene de que no se puede usar sin la autorización del docente, sin embargo a diario son muchos los estudiantes que usan el celular sin el permiso del docente y esto es un distractor.

Así lo explicó Cumanda Moreno, psicóloga educativa quien expresó que en sus clases los estudiantes están pendientes del sonido del teléfono, de si llegan las llamadas, de si se va la señal del internet y a diario sorprende a cerca de 10 jóvenes usando las redes sociales, “vivimos en una época en la que jóvenes de 14 y 15 años tienen planes de teléfono pagados por sus padres para que estén conectados a las redes sociales todo el día”.

Recomendó a los padres que no envíen el teléfono a las aulas porque esta es un arma de doble filo, “en realidad es muy poco o nada lo que se usa el teléfono para las clases ya que el maestro tiene un sinnúmero de recursos”.

Por su parte Johanna Jaramillo, docente destacó que el uso del celular en las aulas es muy negativo para los docentes quienes no pueden actuar de forma firme porque el acuerdo ministerial del 2014 respalda a los estudiantes, “en mi caso hago que los estudiantes coloquen los dispositivos móviles en la parte trasera del aula y si reciben una llamada pueden levantarse y contestar en la parte de afuera, pero de ahí no se puede tener este distractor”.

Olivo agregó que el estudiante debe cumplir el código de convivencia de la institución y por esto los padres de familia deben respaldar a los docentes al no enviar los celulares todos los días. El uso no autorizado de dispositivos electrónicos en el aula constituye una falta leve y su reincidencia será sancionada como falta grave, según los artículos de la Ley Orgánica de Educación Intercultural.

Además el uso del celular en actividades de evaluación será sancionado como acto de deshonestidad académica de conformidad al artículo 224 del Reglamento General a la LOEI, mientras que los comportamientos que atenten contra la dignidad de las personas como acoso cibernético, consumo de pornografía, extorsión sexual, etc., se sancionarán de forma independiente. (NA)

En Ecuador desde 2014 el Ministerio de Educación reguló el uso de teléfonos celulares en las instituciones educativas con el objetivo de fomentar el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

Desde entonces, la presencia del celular está cada vez más latente, especialmente en los planteles educativos públicos donde se los utiliza para ciertas asignaturas, con el seguimiento del maestro. En cambio, en la educación privada se regula y controla más el uso de estos dispositivos, de acuerdo a las normas internas de las instituciones.

Víctor Olivo, director distrital de educación Latacunga, explicó que los celulares se pueden usar únicamente para aspectos pedagógicos y desde los tutores, inspectores y vicerrectores tienen la disposición de cuidar que esto se cumpla.

Cada vez es mayor el número de estudiantes que usan estos dispositivos en su diario vivir y con la autorización de sus padres.

Olivo destacó que en un aproximado de los 57.540 estudiantes del distrito, cerca de 5 mil llevan el celular a las aulas y en su mayoría son los estudiantes de secundaria y bachillerato.

En caso de que los estudiantes sean encontrados utilizando los teléfonos móviles en el aula para otros fines a través, el departamento del consejería estudiantil se lo decomisa, se llama al padre de familia para la entrega del dispositivo y se previene de que no se puede usar sin la autorización del docente, sin embargo a diario son muchos los estudiantes que usan el celular sin el permiso del docente y esto es un distractor.

Así lo explicó Cumanda Moreno, psicóloga educativa quien expresó que en sus clases los estudiantes están pendientes del sonido del teléfono, de si llegan las llamadas, de si se va la señal del internet y a diario sorprende a cerca de 10 jóvenes usando las redes sociales, “vivimos en una época en la que jóvenes de 14 y 15 años tienen planes de teléfono pagados por sus padres para que estén conectados a las redes sociales todo el día”.

Recomendó a los padres que no envíen el teléfono a las aulas porque esta es un arma de doble filo, “en realidad es muy poco o nada lo que se usa el teléfono para las clases ya que el maestro tiene un sinnúmero de recursos”.

Por su parte Johanna Jaramillo, docente destacó que el uso del celular en las aulas es muy negativo para los docentes quienes no pueden actuar de forma firme porque el acuerdo ministerial del 2014 respalda a los estudiantes, “en mi caso hago que los estudiantes coloquen los dispositivos móviles en la parte trasera del aula y si reciben una llamada pueden levantarse y contestar en la parte de afuera, pero de ahí no se puede tener este distractor”.

Olivo agregó que el estudiante debe cumplir el código de convivencia de la institución y por esto los padres de familia deben respaldar a los docentes al no enviar los celulares todos los días. El uso no autorizado de dispositivos electrónicos en el aula constituye una falta leve y su reincidencia será sancionada como falta grave, según los artículos de la Ley Orgánica de Educación Intercultural.

Además el uso del celular en actividades de evaluación será sancionado como acto de deshonestidad académica de conformidad al artículo 224 del Reglamento General a la LOEI, mientras que los comportamientos que atenten contra la dignidad de las personas como acoso cibernético, consumo de pornografía, extorsión sexual, etc., se sancionarán de forma independiente. (NA)

En Ecuador desde 2014 el Ministerio de Educación reguló el uso de teléfonos celulares en las instituciones educativas con el objetivo de fomentar el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

Desde entonces, la presencia del celular está cada vez más latente, especialmente en los planteles educativos públicos donde se los utiliza para ciertas asignaturas, con el seguimiento del maestro. En cambio, en la educación privada se regula y controla más el uso de estos dispositivos, de acuerdo a las normas internas de las instituciones.

Víctor Olivo, director distrital de educación Latacunga, explicó que los celulares se pueden usar únicamente para aspectos pedagógicos y desde los tutores, inspectores y vicerrectores tienen la disposición de cuidar que esto se cumpla.

Cada vez es mayor el número de estudiantes que usan estos dispositivos en su diario vivir y con la autorización de sus padres.

Olivo destacó que en un aproximado de los 57.540 estudiantes del distrito, cerca de 5 mil llevan el celular a las aulas y en su mayoría son los estudiantes de secundaria y bachillerato.

En caso de que los estudiantes sean encontrados utilizando los teléfonos móviles en el aula para otros fines a través, el departamento del consejería estudiantil se lo decomisa, se llama al padre de familia para la entrega del dispositivo y se previene de que no se puede usar sin la autorización del docente, sin embargo a diario son muchos los estudiantes que usan el celular sin el permiso del docente y esto es un distractor.

Así lo explicó Cumanda Moreno, psicóloga educativa quien expresó que en sus clases los estudiantes están pendientes del sonido del teléfono, de si llegan las llamadas, de si se va la señal del internet y a diario sorprende a cerca de 10 jóvenes usando las redes sociales, “vivimos en una época en la que jóvenes de 14 y 15 años tienen planes de teléfono pagados por sus padres para que estén conectados a las redes sociales todo el día”.

Recomendó a los padres que no envíen el teléfono a las aulas porque esta es un arma de doble filo, “en realidad es muy poco o nada lo que se usa el teléfono para las clases ya que el maestro tiene un sinnúmero de recursos”.

Por su parte Johanna Jaramillo, docente destacó que el uso del celular en las aulas es muy negativo para los docentes quienes no pueden actuar de forma firme porque el acuerdo ministerial del 2014 respalda a los estudiantes, “en mi caso hago que los estudiantes coloquen los dispositivos móviles en la parte trasera del aula y si reciben una llamada pueden levantarse y contestar en la parte de afuera, pero de ahí no se puede tener este distractor”.

Olivo agregó que el estudiante debe cumplir el código de convivencia de la institución y por esto los padres de familia deben respaldar a los docentes al no enviar los celulares todos los días. El uso no autorizado de dispositivos electrónicos en el aula constituye una falta leve y su reincidencia será sancionada como falta grave, según los artículos de la Ley Orgánica de Educación Intercultural.

Además el uso del celular en actividades de evaluación será sancionado como acto de deshonestidad académica de conformidad al artículo 224 del Reglamento General a la LOEI, mientras que los comportamientos que atenten contra la dignidad de las personas como acoso cibernético, consumo de pornografía, extorsión sexual, etc., se sancionarán de forma independiente. (NA)

En Ecuador desde 2014 el Ministerio de Educación reguló el uso de teléfonos celulares en las instituciones educativas con el objetivo de fomentar el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

Desde entonces, la presencia del celular está cada vez más latente, especialmente en los planteles educativos públicos donde se los utiliza para ciertas asignaturas, con el seguimiento del maestro. En cambio, en la educación privada se regula y controla más el uso de estos dispositivos, de acuerdo a las normas internas de las instituciones.

Víctor Olivo, director distrital de educación Latacunga, explicó que los celulares se pueden usar únicamente para aspectos pedagógicos y desde los tutores, inspectores y vicerrectores tienen la disposición de cuidar que esto se cumpla.

Cada vez es mayor el número de estudiantes que usan estos dispositivos en su diario vivir y con la autorización de sus padres.

Olivo destacó que en un aproximado de los 57.540 estudiantes del distrito, cerca de 5 mil llevan el celular a las aulas y en su mayoría son los estudiantes de secundaria y bachillerato.

En caso de que los estudiantes sean encontrados utilizando los teléfonos móviles en el aula para otros fines a través, el departamento del consejería estudiantil se lo decomisa, se llama al padre de familia para la entrega del dispositivo y se previene de que no se puede usar sin la autorización del docente, sin embargo a diario son muchos los estudiantes que usan el celular sin el permiso del docente y esto es un distractor.

Así lo explicó Cumanda Moreno, psicóloga educativa quien expresó que en sus clases los estudiantes están pendientes del sonido del teléfono, de si llegan las llamadas, de si se va la señal del internet y a diario sorprende a cerca de 10 jóvenes usando las redes sociales, “vivimos en una época en la que jóvenes de 14 y 15 años tienen planes de teléfono pagados por sus padres para que estén conectados a las redes sociales todo el día”.

Recomendó a los padres que no envíen el teléfono a las aulas porque esta es un arma de doble filo, “en realidad es muy poco o nada lo que se usa el teléfono para las clases ya que el maestro tiene un sinnúmero de recursos”.

Por su parte Johanna Jaramillo, docente destacó que el uso del celular en las aulas es muy negativo para los docentes quienes no pueden actuar de forma firme porque el acuerdo ministerial del 2014 respalda a los estudiantes, “en mi caso hago que los estudiantes coloquen los dispositivos móviles en la parte trasera del aula y si reciben una llamada pueden levantarse y contestar en la parte de afuera, pero de ahí no se puede tener este distractor”.

Olivo agregó que el estudiante debe cumplir el código de convivencia de la institución y por esto los padres de familia deben respaldar a los docentes al no enviar los celulares todos los días. El uso no autorizado de dispositivos electrónicos en el aula constituye una falta leve y su reincidencia será sancionada como falta grave, según los artículos de la Ley Orgánica de Educación Intercultural.

Además el uso del celular en actividades de evaluación será sancionado como acto de deshonestidad académica de conformidad al artículo 224 del Reglamento General a la LOEI, mientras que los comportamientos que atenten contra la dignidad de las personas como acoso cibernético, consumo de pornografía, extorsión sexual, etc., se sancionarán de forma independiente. (NA)