Ecuador: El peso de la crisis seguirá cayendo sobre el empleo

Actualmente, dos de cada tres ecuatorianos, dentro de la Población Económicamente Activa (PEA), sobreviven en la informalidad y el empleo precario. Esto representa más de 4,6 millones de personas. Sin embargo, la situación va a empeorar en 2020, debido a que no se ve ninguna solución a los problemas de falta de recursos en la caja fiscal y la inversión pública y privada.

Al ser un país dolarizado, los desajustes en las finanzas públicas, la falta de actividad productiva y la poca ejecución de proyectos de inversión, no producen efectos importantes en la inflación o el poder adquisitivo de la moneda, sino en el mercado laboral.

“Los efectos de la crisis no se sienten en el consumo tanto como en el nivel empleo y esto se debe a que, frente a las dificultades fiscales, nuestra economía reacciona generando menos empleo o aumentando el subempleo”, dijo Fausto Ortiz, exministro de Economía.

Con eso concordó Santiago García, docente de la Universidad Central, quien recalcó que las perspectivas para 2020 son pesimistas porque, en el mejor de los casos, el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 0,4%.

“Eso es completamente insuficiente, incluso para generar oportunidades reales de empleo para los jóvenes que todos los años entran en el mercado laboral luego de salir del sistema educativo”, puntualizó.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, alrededor de 180 mil jóvenes entran en la PEA cada año. Lo más grave es que en la mayoría de los casos no tienen acceso a la educación superior y deben subsistir en cualquier tipo de empleo inadecuado o, incluso, en ocupaciones laborales no remuneradas, relacionadas con la familia.

Reforma laboral es urgente
La economía de 2015 a la fecha, apenas ha crecido, en promedio, un 0,4%. Por eso, García considera que la reforma laboral es urgente. Pero consideró que el proyecto debe ser bien pensado y no generalizado.

180.000
jóvenes entran en la Población Económicamente Activa cada año.Es decir, debe concretarse en facilidades e incentivos para fomentar mecanismos específicos como el teletrabajo, el trabajo por horas, la jubilación patronal, el sistema de seguridad social para la economía popular y solidaria, entre otros.

“Esa reforma no podrá ser viable si no se hace una renegociación integral del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), debido a que es evidente que no es posible encontrar un consenso mínimo en la sociedad ecuatoriana para sostener los términos del ajuste original propuesto por el multilateral”, aseveró.

Acotó que los niveles de empleo adecuado no van a mejorar si la inversión pública sigue siendo subejecutada. “Hay que hacer un llamado de atención al Gobierno. Se necesita un sacudón en temas de finanzas públicas, para que gasto corriente innecesario vaya a la inversión”, concluyó. (JS)

Actualmente, dos de cada tres ecuatorianos, dentro de la Población Económicamente Activa (PEA), sobreviven en la informalidad y el empleo precario. Esto representa más de 4,6 millones de personas. Sin embargo, la situación va a empeorar en 2020, debido a que no se ve ninguna solución a los problemas de falta de recursos en la caja fiscal y la inversión pública y privada.

Al ser un país dolarizado, los desajustes en las finanzas públicas, la falta de actividad productiva y la poca ejecución de proyectos de inversión, no producen efectos importantes en la inflación o el poder adquisitivo de la moneda, sino en el mercado laboral.

“Los efectos de la crisis no se sienten en el consumo tanto como en el nivel empleo y esto se debe a que, frente a las dificultades fiscales, nuestra economía reacciona generando menos empleo o aumentando el subempleo”, dijo Fausto Ortiz, exministro de Economía.

Con eso concordó Santiago García, docente de la Universidad Central, quien recalcó que las perspectivas para 2020 son pesimistas porque, en el mejor de los casos, el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 0,4%.

“Eso es completamente insuficiente, incluso para generar oportunidades reales de empleo para los jóvenes que todos los años entran en el mercado laboral luego de salir del sistema educativo”, puntualizó.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, alrededor de 180 mil jóvenes entran en la PEA cada año. Lo más grave es que en la mayoría de los casos no tienen acceso a la educación superior y deben subsistir en cualquier tipo de empleo inadecuado o, incluso, en ocupaciones laborales no remuneradas, relacionadas con la familia.

Reforma laboral es urgente
La economía de 2015 a la fecha, apenas ha crecido, en promedio, un 0,4%. Por eso, García considera que la reforma laboral es urgente. Pero consideró que el proyecto debe ser bien pensado y no generalizado.

180.000
jóvenes entran en la Población Económicamente Activa cada año.Es decir, debe concretarse en facilidades e incentivos para fomentar mecanismos específicos como el teletrabajo, el trabajo por horas, la jubilación patronal, el sistema de seguridad social para la economía popular y solidaria, entre otros.

“Esa reforma no podrá ser viable si no se hace una renegociación integral del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), debido a que es evidente que no es posible encontrar un consenso mínimo en la sociedad ecuatoriana para sostener los términos del ajuste original propuesto por el multilateral”, aseveró.

Acotó que los niveles de empleo adecuado no van a mejorar si la inversión pública sigue siendo subejecutada. “Hay que hacer un llamado de atención al Gobierno. Se necesita un sacudón en temas de finanzas públicas, para que gasto corriente innecesario vaya a la inversión”, concluyó. (JS)

Actualmente, dos de cada tres ecuatorianos, dentro de la Población Económicamente Activa (PEA), sobreviven en la informalidad y el empleo precario. Esto representa más de 4,6 millones de personas. Sin embargo, la situación va a empeorar en 2020, debido a que no se ve ninguna solución a los problemas de falta de recursos en la caja fiscal y la inversión pública y privada.

Al ser un país dolarizado, los desajustes en las finanzas públicas, la falta de actividad productiva y la poca ejecución de proyectos de inversión, no producen efectos importantes en la inflación o el poder adquisitivo de la moneda, sino en el mercado laboral.

“Los efectos de la crisis no se sienten en el consumo tanto como en el nivel empleo y esto se debe a que, frente a las dificultades fiscales, nuestra economía reacciona generando menos empleo o aumentando el subempleo”, dijo Fausto Ortiz, exministro de Economía.

Con eso concordó Santiago García, docente de la Universidad Central, quien recalcó que las perspectivas para 2020 son pesimistas porque, en el mejor de los casos, el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 0,4%.

“Eso es completamente insuficiente, incluso para generar oportunidades reales de empleo para los jóvenes que todos los años entran en el mercado laboral luego de salir del sistema educativo”, puntualizó.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, alrededor de 180 mil jóvenes entran en la PEA cada año. Lo más grave es que en la mayoría de los casos no tienen acceso a la educación superior y deben subsistir en cualquier tipo de empleo inadecuado o, incluso, en ocupaciones laborales no remuneradas, relacionadas con la familia.

Reforma laboral es urgente
La economía de 2015 a la fecha, apenas ha crecido, en promedio, un 0,4%. Por eso, García considera que la reforma laboral es urgente. Pero consideró que el proyecto debe ser bien pensado y no generalizado.

180.000
jóvenes entran en la Población Económicamente Activa cada año.Es decir, debe concretarse en facilidades e incentivos para fomentar mecanismos específicos como el teletrabajo, el trabajo por horas, la jubilación patronal, el sistema de seguridad social para la economía popular y solidaria, entre otros.

“Esa reforma no podrá ser viable si no se hace una renegociación integral del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), debido a que es evidente que no es posible encontrar un consenso mínimo en la sociedad ecuatoriana para sostener los términos del ajuste original propuesto por el multilateral”, aseveró.

Acotó que los niveles de empleo adecuado no van a mejorar si la inversión pública sigue siendo subejecutada. “Hay que hacer un llamado de atención al Gobierno. Se necesita un sacudón en temas de finanzas públicas, para que gasto corriente innecesario vaya a la inversión”, concluyó. (JS)

Actualmente, dos de cada tres ecuatorianos, dentro de la Población Económicamente Activa (PEA), sobreviven en la informalidad y el empleo precario. Esto representa más de 4,6 millones de personas. Sin embargo, la situación va a empeorar en 2020, debido a que no se ve ninguna solución a los problemas de falta de recursos en la caja fiscal y la inversión pública y privada.

Al ser un país dolarizado, los desajustes en las finanzas públicas, la falta de actividad productiva y la poca ejecución de proyectos de inversión, no producen efectos importantes en la inflación o el poder adquisitivo de la moneda, sino en el mercado laboral.

“Los efectos de la crisis no se sienten en el consumo tanto como en el nivel empleo y esto se debe a que, frente a las dificultades fiscales, nuestra economía reacciona generando menos empleo o aumentando el subempleo”, dijo Fausto Ortiz, exministro de Economía.

Con eso concordó Santiago García, docente de la Universidad Central, quien recalcó que las perspectivas para 2020 son pesimistas porque, en el mejor de los casos, el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 0,4%.

“Eso es completamente insuficiente, incluso para generar oportunidades reales de empleo para los jóvenes que todos los años entran en el mercado laboral luego de salir del sistema educativo”, puntualizó.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, alrededor de 180 mil jóvenes entran en la PEA cada año. Lo más grave es que en la mayoría de los casos no tienen acceso a la educación superior y deben subsistir en cualquier tipo de empleo inadecuado o, incluso, en ocupaciones laborales no remuneradas, relacionadas con la familia.

Reforma laboral es urgente
La economía de 2015 a la fecha, apenas ha crecido, en promedio, un 0,4%. Por eso, García considera que la reforma laboral es urgente. Pero consideró que el proyecto debe ser bien pensado y no generalizado.

180.000
jóvenes entran en la Población Económicamente Activa cada año.Es decir, debe concretarse en facilidades e incentivos para fomentar mecanismos específicos como el teletrabajo, el trabajo por horas, la jubilación patronal, el sistema de seguridad social para la economía popular y solidaria, entre otros.

“Esa reforma no podrá ser viable si no se hace una renegociación integral del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), debido a que es evidente que no es posible encontrar un consenso mínimo en la sociedad ecuatoriana para sostener los términos del ajuste original propuesto por el multilateral”, aseveró.

Acotó que los niveles de empleo adecuado no van a mejorar si la inversión pública sigue siendo subejecutada. “Hay que hacer un llamado de atención al Gobierno. Se necesita un sacudón en temas de finanzas públicas, para que gasto corriente innecesario vaya a la inversión”, concluyó. (JS)