“Muchas personas creen que quienes delinquimos no podemos cambiar el rumbo de nuestras vidas, pero al estar lejos de todos entendemos que todo es posible si nos lo proponemos. Ahora enmiendo mis errores ayudando al resto”, comenta una persona con beneficios penitenciarios que prefiere omitir su nombre. Con la ayuda de los familiares de su esposa, recolectaron raciones alimenticias para donar a sus vecinos, quienes tienen escasos recursos económicos y debido a la emergencia sanitaria que atraviesa el país no pueden trabajar para obtener alimentos.
“Ahí también habita un adulto mayor no vidente. Sus familiares venden productos afuera de las unidades educativas, pero debido a esta pandemia, ya no pueden trabajar y es por eso que decidimos colaborarles con lo poco o mucho que nosotros tengamos en casa”, dijo.
Otras personas con beneficios penitenciarios colaboran en actividades agrícolas para garantizar la producción de alimentos necesarios para el abastecimiento en los mercados locales.
Su trajinar por el campo inicia desde las 04:00, con el ordeño de las vacas, luego se dedican a la siembra y cosecha de productos.
“El trabajo de campo es vital para garantizar la producción de alimentos y materia prima, por lo que me siento orgulloso de poder ayudar a mi familia en estas arduas tareas, y de esta manera entregar productos a las familias de esta provincia”, comentó Luis G., persona con beneficio penitenciario.
Una vez que recolectan los diversos productos proceden a lavarlos uno por uno con agua y jabón, como medida de prevención frente a la propagación del coronavirus. Posterior a aquello, una sola persona de su hogar es quien sale a entregar estos alimentos.
“Tratamos de cuidarnos al máximo porque también tenemos personas de la tercera edad y niños en nuestra casa, así que después de las labores del campo nos aseamos bien y pedimos que este tiempo transcurra rápido y que se logre la recuperación de más personas que lastimosamente tienen ese virus”, finaliza Luis G. (VHG)