Bicentenario de la Independencia de Guayaquil

El escritor cubano Alejandro Querejeta Barceló en su obra ‘Vicente Rocafuerte su vida en novela’ narra las leyendas no conocidas de uno de los fundadores de las repúblicas hispanoamericanas. Por su devoción democrática y libre sacrificó su vida y su fortuna. Su dimensión continental le hizo contradictor de Simón Bolívar. Presentía que el ideal de la independencia cedía paso a los intereses nacionales y locales. La Gran Colombia se arriesgaba a desintegrarse; el federalismo contribuía a la idea de una patria común. Solicitaba en sus cartas que cejara de aspiraciones centralistas. Rocafuerte conoce a Bolívar en París en la Logia Masónica Saint Alexandre (1803). Lo mira con ojos encandilados y obsesivos con súbitos arrebatos de ira y humilde en el conflicto. Lo recuerda con un caballo brioso y envidiable como los de Bonaparte. Rocafuerte llega a la Presidencia de la República (1835-1839) y luego a la gobernación de Guayaquil (1839-1843). Entre sus escritos están: El prólogo y la edición del ‘Discurso sobre las mitas de América’ que pronunciara J.Olmedo en las Cortes de Cádiz. Publica en Nueva York (1823) ‘Lecciones para las escuelas de primeras letras, sacadas de las Sagradas Escrituras’, ‘El sistema colombiano popular, electivo y representativo, es el que más conviene a la América Independiente’, sobre la tolerancia religiosa, entre otros.

Convivió, desde su nacimiento en Guayaquil en 1783 con el primer periódico Primicias de la Cultura de Quito, la creación de la Escuela de la Concordia por Eugenio Espejo, Juan de Velasco escribe Historia del Reino de Quito, el inicio de la Revolución Francesa, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. El Ecuador asume el archipiélago de Galápagos y en Europa muere el poeta alemán Goethe.

Alejandro Querejeta tiene a su haber: poemarios (Arena negra), ‘La Trilogía de Juan Montalvo’, ‘Periodismo de investigación’. Es coautor de ‘Mitología aborigen de Cuba, Deidades y personajes’ con ediciones en español y en inglés, entre otras. Ha sido un placer leer la última obra de un amigo y editor de mis editoriales de La Hora.

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