Fue su promesa estrella de campaña, y volvió a la frontera en lo que puede ser su última visita presidencial. Ayer, el presidente de EE.UU. visitó el muro fronterizo para defender su política migratoria y presionar a Joe Biden, que llegará al poder el próximo 20 de enero, a que desista en su compromiso de revertirla.
«Si se revierten nuestras medidas en la frontera, se desatará un maremoto de inmigración ilegal, una ola como la que nunca hemos visto, y puedo decirles que ya están empezando a venir olas desde una distancia de 2.000 y 1.000 y 500 millas, vemos que vienen», dijo Trump desde la localidad fronteriza de Álamo (Texas).
La pandemia como excusa
«Tenemos áreas de la frontera que están en muy buena forma, pero en el otro lado, en México, están sufriendo mucho con el virus», afirmó el mandatario saliente.
Por eso, Trump pidió mantener en pie una orden sobre la frontera que emitieron este año los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), y en la que se basan los agentes migratorios para devolver a México a más del 90% de quienes cruzan ilegalmente la frontera. (EFE)
Acuerdos alcanzados
En los últimos cuatro años, EE.UU. concretó acuerdos de «tercer país seguro», con Guatemala, Honduras y El Salvador, que le permiten deportar a los refugiados que llegan a su territorio, y no han pedido asilo, al primer país que pisaron al salir de su nación de origen.
En una entrevista exclusiva con Efe en diciembre, dos asesores de Biden dijeron que el mandatario electo trabajará para «anular rápidamente» esos acuerdos con los países del triángulo norte de Centroamérica.