El respeto al Himno Nacional

Carlos Freile

Entre los refranes oídos a mis mayores se halla este muy sabio: “Quien quiere a Beltrán, quiere a su can”. Su significado es evidente, no se requiere la sabiduría de los sabios de la Grecia para entenderlo. Podemos extender las referencias obvias a ámbitos más amplios; por ejemplo: afirmar la obligación de respetar los símbolos de la Patria como una muestra de veneración a esa misma Patria. El lector avisado ya sabe hacia dónde van los tiros.

Hace unos días una alondra ha trinado unos trinos paródicos de nuestro Himno Nacional para de allí criticar al gobierno. Es preciso sentar una diferencia: debemos defender la libertad de opinión, también cuando los trinos atacan a un gobernante, pues evidentemente el ocupar un cargo público le pone en la mira de todas las alondras, por desentonadas que sean.  Pero algo muy distinto es usar el Himno con ese objetivo, aquí ya se sobrepasan los límites de la falta al aprecio, no al gobernante criticado, sino a la comunidad entera; esto no debería pasar. El problema surge porque en nuestros lares, desde hace tiempo, no se reverencia ni a la Patria como una comunidad con un pasado y un destino, ni, en consecuencia, a sus símbolos.

Algunos ecuatorianos desprecian el concepto mismo de Patria por considerarlo obsoleto y peligroso en cuanto puede dar paso a nacionalismos excluyentes en un mundo que camina hacia el globalismo. Otros, desde el plano emotivo, no se sienten vinculados con ella, sino tan solo con su rincón territorial o cultural; se hallan en el extremo opuesto de los anteriores; ven en la unidad nacional un peligro para sus intereses sectoriales.

A nosotros, los dinosaurios, viejos decrépitos con formación decimonónica, nos duele esta indiferencia frente a los valores cívicos; por eso, defendemos el derecho a la libre expresión, pero exigimos respeto a esta Patria tan poco defendida por sus propios ciudadanos, respeto que se cristaliza en la unción con que se deben tratar sus símbolos. Pero, claro, somos dinosaurios intelectuales, especie en extinción: o vencerá el globalismo con poder totalitario o la fragmentación con dominios autoritarios.