García Lorca

Pablo Escandón Montenegro

Nació en 1898, fue y sigue siendo uno de los más influyentes en la poesía en castellano. Su teatro rompió con la lógica de la dramaturgia del siglo de oro e impuso símbolos gitanos para el amor y la muerte.

Granadino, vinculado a la izquierda y militante de la generación del 27, este escritor vanguardista gestó la mayor transformación estilística del lenguaje poético en el siglo XX, junto con Alberti y Cernuda.

En la última temporada de ‘El Ministerio del Tiempo’, serie española, Javier y Pablo Olivares le rinden un homenaje que saca lágrimas, pues al hacerlo viajar al futuro, mira lo que sucede luego de la muerte del caudillo y sentencia que él fue quien venció en la guerra, pues los bailes y la música gitana no han sido prohibidos, sino que son fundamentales para la identidad del pueblo español.

El teatro de García Lorca es de un simbolismo sublime: ‘La casa de Bernarda Alba’, ‘Yerma’, ‘La zapatera prodigiosa’ y ‘Bodas de sangre’, son propuestas adelantadas a su tiempo, que no solo lindan con el surrealismo, sino que hacen referencia a lo onírico y a elementos que están arraigados en la cultura del pueblo gitano, que se extiende a la esencia del ser humano.

La poesía de García Lorca es rítmica, enjundiosa, sonora: ‘Romancero Gitano’ y ‘Poeta en Nueva York’ son dos cimas del simbolismo y la cotidianidad, de la imagen múltiple de significados, que lleva a un imaginario lo que es en realidad la sociedad gitana, granadina y del sur de España, la que fue diezmada por la dictadura.

Hoy celebramos la vida de uno de los más populares representantes de la Generación del 27, Federico García Lorca, quien vivió bajo sus preceptos y nunca se traicionó, y por ello vive más que sus asesinos. Larga vida a Federico, aquel poeta en Nueva York que se colgaba de los rascacielos mucho antes que el hombre araña.