LA SALUD MENTAL ES UN DERECHO, NO UN PRIVILEGIO

Victoria Ramón
Victoria Ramón

Victoria Ramón

La polémica decisión adoptada por la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, Senescyt, de incluir a la psicología dentro del campo de las denominadas Ciencias Sociales y Jurídicas, se debió probablemente por seguir a ciegas la clasificación de las Ciencias establecida por la Unesco, donde dentro de este grupo constan además la Economía, Derecho, Pedagogía, Política y Sociología.

El criterio aquí asumido por la Unesco de vincular el comportamiento humano y los procesos mentales solamente con su entorno social se contrapone con la visión de la Organización Mundial de la Salud, cuando esta le reconoce a la salud mental, parte fundamental de la salud integral y el bienestar.

Lo sucedido refleja el grado facilismo que adoptan ciertas autoridades, incapaces de comprender la naturaleza multidimensional del objeto de estudio de las ciencias, aunque sus graves repercusiones afecten el entorno social, académico y profesional. Es indudable, que, desde el punto de vista terapéutico, la psicología debe ser incluida dentro del campo de las denominadas Ciencias Médicas, donde según la misma Unesco, constan la psiquiatría y la Salud Pública

Esta aparente ambigüedad no puede ser motivo para desconocer el grave deterioro de la salud mental que aqueja a más de la tercera parte de la sociedad ecuatoriana; siendo los casos de depresión y ansiedad, los más representativos.

Pero lo realmente preocupante resulta cuando se empieza a excluir del área de la salud y el bienestar, la implantación de adecuadas políticas públicas que garanticen la salud integral de todos nosotros y nosotras.

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