Entre zapatos, rumores y TikTok

Algunos críticos y opositores del presidente Daniel Noboa se empeñan en enfocar el debate político en nimiedades. Ni el pronunciamiento del primer mandatario en redes sociales tras los partidos de la selección de fútbol se escapan del celo inquisidor. Basta cualquier aparición o declaración suya, para que, por más intrascendente que sea, sus detractores ahonden en complejos análisis y elaborados reproches. Gracias a esta absurda manía, el país ha tenido que escuchar digresiones sobre los zapatos que llevaba durante el Informe a la Nación —donde, además, en un desplante infantil, varios de sus opositores se ausentaron—, o elaboradas disquisiciones sobre las frases baladíes que soltó ante un periodista extranjero —que, en lugar de tomarse como los incómodos deslices de novato que fueron, acabaron insólitamente propiciando una condena oficial del Legislativo—.

No importa qué suceda en el país; basta un posteo del Presidente en TikTok o un muñeco de cartón para que sus adversarios se lancen, histéricamente, a hablar de ello. Más que el fanatismo político, reina un ánimo especulativo y farandulero.

Incluso, la aparición de la Primera Dama en el acto de diversidad y tolerancia por excelencia generó la condena de quienes, otrora, se preciaban de ser ‘inclusivos’.

Muchos de quienes hoy protestan por cualquier minucia guardaban un silencio complaciente hasta hace no mucho, cuando veían en el primer mandatario un simple vehículo para perseguir sus intereses. Critican vestimenta estrafalaria, declaraciones explosivas, instrumentalización del deporte, etc., pero ellos en su momento lo hicieron más y peor.

El país tiene problemas graves y reales; es momento de elevar el nivel de la crítica política.