A Juan García Salazar le decían ‘Cimarrón’ aunque no fue un esclavo, pero sí rebelde; le decían el ‘Bombero mayor’, pero él prefería que le dijesen un obrero de proceso; le decían el hermano mayor de los afro-ecuatorianos… en ese punto nadie reprocha; “sí, es el hermano mayor de nosotros los afro”, lo dice con orgullo Sonia España.
Ella como cantora de marimba conoció de cerca al autor de 30 libros, el más reciente ‘Pensar sembrando/sembrar pensando con el Abuelo Zenón’. Recuerda que fue hace dos años cuando lo tuvo de cerca un conversatorio en Esmeraldas, tierra que le vio nacer en 1944.
García Salazar nació más allá del bullicio de la ciudad con carros, edificios y mucha gente en su ir y venir, su origen está en el ‘El Cuerval’, poblado de La Tola, cantón Eloy Alfaro, su cercanía con el campo le hizo amante de la naturaleza y de las costumbres afro, por lo que, su inicio como investigador quedó en la comunidad Playa de Oro, al norte de Esmeraldas.
Arrojarán sus cenizas
Y es justo allá en Playa de Oro que, a través del río Santiago, se cumplirá el pedido que hizo antes de perder la batalla contra el cáncer. Que sus cenizas sean lanzadas al afluente que abraza a varias comunidades donde el historiador, a través de fotografías, videos y textos, buscó la conceptualización de la negritud por medio de la etnografía.
“Una parte de sus cenizas serán esparcidas, el resto la tendrá su esposa Mónica. Se lanzarán al Santiago por la gran conexión con la ancestralidad negra”, agrega la norteña Inés Morales, quien ayer 20 de julio regresaba desde Quito con las cenizas y familiares de Juan García Salazar.
Pero eso no es lo único que se planifica realizar en Esmeraldas luego de su muerte en Quito el pasado miércoles 19. La Casa de la Cultura Núcleo de Esmeraldas propondrá al Municipio, que se coloque el nombre de Juan García Salazar a una de la calles de la ciudad.
“Sus contribuciones culturales, intelectual y de investigación lo hacen merecedor”, justificó su iniciativa el director de la Casa de la Cultura, Yurqui Monota.
Legado
Para Juan Montaño Escobar, escritor y defensor de la negritud tras el deceso del maestro Juan, se debería haber declarado, por lo menos, un día de luto en Esmeraldas. “Su pensamiento es uno de los más importantes de las américas, su legado histórico de miles de documentos son custodiados por la Universidad Andina”, refirió Montaño.
Al recordarlo no se limita en utilizar calificativos positivos a favor de quien dice que fue el ‘cimarrón mayor’; ‘palenquero mayor’; ‘guardián de la tradición’; ‘el maestro’, ‘el obrero del proceso de comunidades negras de la costa pacífica colombo-ecuatoriana… ‘el amigo’.
En la memoria de la cantora de arrullos, Gertrudis Quintero Corozo, está el arrullo que le enseñó hace 10 años. “Para arriba corre el agua, para abajo es que se va, tiene la carne blandita, pero fuerza por demás”, lo cantó con nostalgia la mujer, quien también busca a través de la oralidad no dejar morir las costumbres y tradiciones de la gente negra.
Decenas de reconocimientos
Antes de fallecer Juan García Salazar recibió decenas de reconocimientos, uno de ellos en diciembre de 2016, al acto hecho en Quito fue invitado el poeta esmeraldeña Julio Micolta Cuero, pero éste no acudió, sin embargo, envió la décima en honor al ‘hermano’ mayor de los afros.
Tras la muerte de Juan, Julio buscó la décima de 40 versos que escribió en la época y que tituló: ‘La décima te proclama y el pueblo negro te aclama’, texto que ayer, tras el arribo de las cenizas García Salazar a Esmeraldas, le iba a declamar a viva voz.
“… la gente afro-ecuatoriana te enaltece y engalana en una hermandad total, ahora se torna vital ser solidario contigo y en versos te digo, que el negro con sus sentimientos, con el bombo te da aliento como el más dilecto amigo…”, cita una parte de la décima hecha en honor al hombre investigador quien prefería que le dijesen “el obrero de proceso”. (MGQ)