SAN LORENZO
Algunos moradores de la ciudad de San Lorenzo, la mayoría procedentes de áreas rurales como Ricaurte, Calderón, San Francisco, Urbina, Palmarreal, Santa Rita, El Cauchal, Pichangal, Changuaral, entre otras, recuerdan las épocas en las que para servirse las tres comidas diarias bastaba con salir al patio o ir al interior de la finca a cosechar lo necesario para aliñar los productos extraídos del mar, el manglar o desde la selva, según el caso.
Profesionales del área Agropecuaria, también recuerdan que en las décadas de los 60 y 70 los estudiantes del Colegio Técnico de Agricultura San Lorenzo, hoy Unidad Educativa Fiscomisional, tenían como una de sus materias de formación técnico-práctica la promoción en el área rural y urbana de los huertos familiares.
Esta metodología de formación de los bachilleres técnicos en Agropecuaria se volvió a aplicar como proyecto de prueba en el programa de ‘Redes Educativas Rurales’, pero que fue eliminado por el actual sistema educativo para implementar las concentradoras y poco eficientes escuelas del milenio.
Herramienta paliativa
Con estos antecedentes y ante la desaparición de los patios en las actuales construcciones urbanas y rurales, así como por el surgimiento de viviendas con terrazas, los profesionales del área Agropecuaria, a la cabeza Manuel Cortez, elaboran una propuesta de huertos familiares como herramienta que sirva de paliativo a la crisis económica que soportan los hogares del norteño cantón.
El diagnóstico realizado muestra que los habitantes de San Lorenzo y de las comunidades rurales, en la actualidad “compran todo lo que consumen, las actividades productivas que generaban alimentos para el consumo doméstico se han reducido de manera significativa”, asegura Cortez.
Las legumbres, frutas, verduras y el plátano verde en sus diferentes variedades, productos que antes se cosechaban en las finas y los patios de las casas, hoy en día toca adquirirlos, en ocasiones a precios elevados e inalcanzables para los bolsillos de los padres de familia que viven del jornal realizando trabajos en las palmeras, la pesca, recolección de productos del manglar o de algún contrato en determinada institución pública o municipal.
Costumbres culinarias
La propuesta consiste en sembrar utilizando la técnica de platabandas, en las terrazas y en los patios de las casas los vegetales que de manera cotidiana se consumen y forman parte de las costumbres culinarias ancestrales de los habitantes del sector.
Cortez explica que se puede sembrar y tener a la mano las hortalizas y frutas como el melón, sandía, pepino, pimiento, tomates, rábano, fréjol, lechuga, col, etc.; además, se recuperan plantas tradicionales como el orégano, chillangua, chirarán y el mismo plátano.
“Se trata de una alternativa válida para reducir los costos de la alimentación diaria y mejorar la economía de los hogares sanlorenceños”, asevera el profesional en Agropecuaria.
Agregó que la propuesta será presentada en las unidades educativas, para que desde el sistema educativo local promover el cultivo y manejo de los huertos familiares. (DCG)