Cumplimos un cuarto de siglo

ADRIANO ALVARADO VÉLEZ

Cuando al promediar el año 1992 se empezó a madurar la idea de poner en circulación un diario matutino, no fueron pocas las voces que le presagiaban una corta vida, dadas las experiencias anteriores con medios escritos que no pervivieron mucho tiempo, con las necesarias excepciones de unos pocos semanarios, quincenarios y otros.

Mas, aquel proyecto impulsado por visionarios ejecutivos nacionales y esmeraldeños, no solo que nació, germinó, maduró, se cimentó sobre bases sólidas y se hizo fuerte, sino que al cabo de 25 años se mantiene como el medio de comunicación escrito de mayor circulación e influencia en la ciudad y provincia de Esmeraldas.

Es Diario La Hora que, desde el 1 de agosto de 1992, se ha convertido en agente importante de entregar a sus miles de lectores información local nacional, internacional, de la farándula y vida social, información sobre lo que el público ‘necesita saber’ y estar bien informado.

Pero este tránsito en la ruta de la comunicación y de hacer periodismo libre e independiente no ha sido fácil; hemos tenido que enfrentar duras arremetidas de gobiernos locales y nacionales, por el simple motivo de denunciar hechos de corrupción y malos manejos de determinadas administración oficialistas.

Sin embargo, no nos hemos detenido, con valor y altivez hemos sabido enfrentar esos duros avatares de la persecución, a ratos implacable, y seguimos vivos, cada vez más convencidos de la función y misión que nos hemos propuesto, teniendo como eje principal a Francisco Vivanco Riofrío, fortalecido por la capacidad de Juana López Sarmiento, Alejandro Querejeta Barceló y tantos otros verdaderos adalides de la lucha por defender el derecho de hacer prensa y periodismo libre, de reclamar respeto a la libre expresión del pensamiento a través de la pluma incólume, sin temor ni favor.

No podemos negar que nos regocijamos por este acontecimiento, porque 25 años no son pocos, que a diferencia de lo que quizás se pueda pensar, no nos aletargaremos en nuestra misión y seguiremos siendo la puerta abierta de la comunidad para que ingrese, golpee la mesa y reclame los derechos que pudiesen estar siendo conculcados. Gracias Esmeraldas por habernos acogido, respaldado y mostrarnos que sí tenemos una misión que cumplir.