Más deuda en bonachón

Kléber Mantilla Cisneros

Algo no cuadra en el gobierno: buena política y mala economía. El daño causado al país por Alianza PAIS durante el correísmo es incalculable. Los sobornos se establecieron como políticas públicas, la nula rendición de cuentas y la consolidación de esa estructura de saqueo de fondos, con tecnoburocracia y propaganda, hoy no se detienen. ¿Cómo hacerlo? Pues, el diálogo permite establecer nexos con visiones radicales del correísmo, con prefectos proselitistas, algunos opositores, varios ecologistas e indígenas, incluso con ciertos empresarios que no se relacionan con la industria; al final, viene el triste retorno al continuismo económico, al endeudamiento atroz y a la colocación de más bonos.

Esta vez, USD 2.500 millones en papeles de deuda para pagar en 10 años, a un 8,87% de interés. Las reservas de oro empeñadas a Goldman Sachs y más deuda con el FLAR. Unos USD 637 millones sumados para completar el presupuesto 2018. Pero nada sobre producción, empleo, competitividad y libre competencia porque el morenismo camina en el aire y cae en los vicios del totalitarismo.

El problema se viene cuando el cataclismo correísta reviente hasta con lo inimaginable. El fraude y descomposición de la educación están a la vista. ¿Cien niños violados en Guayaquil y 85 en Quito por profesores de la famosa ‘revolución ciudadana’? ¿A qué autoridad se le ocurre colocar rectores de colegios que inscriban como docentes a sus guardaespaldas y la tropa delictiva de su barrio? ¿Quién responde por violaciones de niños y adolescentes a causa de la implementación de una política de unificación de masas solicitada por un caudillo? ¿El uso de drogas se multiplica mientras las leyes para el consumo aumentan? ¿No es el Estado el responsable de enviar millares de jóvenes a la desocupación y detener el libre ingreso a las universidades? A oídos sordos, palabras necias.

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